El Gobierno riojano aporta 400.000 euros a un programa que usa la tecnología para conocer la productividad del viñedo

   LOGROÑO, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El Gobierno de La Rioja aportará 400.000 euros a un programa, capitaneado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, con el que se busca crear un mapa productivo de cada extensión de viñedo mediante un algoritmo.

   Se trata, ha explicado en rueda de prensa el director técnico del Consejo Regulador, Pablo Franco, de "poder entender mejor qué está sucediendo en un viñedo" e identificar "las áreas más productivas".

   Para poder materializar este proyecto, que tiene un desarrollo de entre cuatro y cinco años y que nace de la "inquietud" del Consejo Regulador, esta entidad cuenta con el apoyo de una empresa tecnológica de La Rioja y ya ha invertido "dos partidas" en los últimos años.

   Ahora, a través de un convenio que han firmado esta mañana la consejera de Agricultura, Noemí Manzanos, y el presidente del Consejo Regulador, Fernando Ezquerro, el Ejecutivo riojano aporta 400.000 euros de fondos europeos.

   Manzanos ha mostrado su confianza en que la "innovación y la digitalización va a ser lo que va a abrir nuevas puertas en el futuro", por eso ha mostrado su deseo de que el sector vitivinícola riojano "cuente con las mejores herramientas".

   Que cuente, ha dicho, "con esas nuevas tecnologías que le ayuden en su día a día a tomar las mejores decisiones dirigidas, siempre, a mantener la calidad de los vinos, tener las mejores uvas y seguir manifestando que La Rioja es excelencia".

   "Evidentemente", ha añadido Ezquerro, "Rioja es un referente de calidad nacional y mundial y esto lo que nos va a ayudar, sobre todo, es a seguir apostando por la calidad con un conocimiento mucho mayor del viñedo".

   "Yo creo que este proyecto tiene mucho que ver con la sostenibilidad y con la responsabilidad desde el viñedo", ha manifestado.

   En definitiva, ha completado Franco, ir más allá de lo que ven los técnicos, que serán necesarios, porque "quizás a los ojos de los técnicos una viña no muestra todo su potencial".

   El procedimiento se basa en la "monitorización" de variables que crean un algoritmo. Se busca "utilizar todas las herramientas tecnológicas al alcance para poder entender mejor un viñedo o lo que está sucediendo en ese viñedo".