MADRID 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las ratas siguen presentes en el poblado chabolista de El Gallinero, en la Cañada Real, que todavía, y pese a la labor de los voluntarios, no se ha recuperado de los destrozos que provocaron las fuertes lluvias de hace diez días, según denunciaron los voluntarios de la Parroquia de Santo Domingo.
Así, aseguraron que "aún sigue pendiente el problema sanitario", y que hay un número elevado de ratas "que suponen un grave peligro para la salud de niños y adultos". De hecho, recordaron que hace unos días una rata mordió a una madre mientras estaba durmiendo.
Además, denunciaron que persiste un importante problema de alimentación, pues la inundación ha roto el ciclo cotidiano de supervivencia de estas familias, lo que impide a muchas de ellas salir en búsqueda de un trabajo.
Ante esta situación, el grupo de voluntarios de El Gallinero exigieron que se incluya este poblado chabolista entre las actuaciones del Plan de emergencia aprobado para afrontar los destrozos de las lluvias de hace una semana y media; y reclamaron una intervención sistemática del Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad en el marco de un Plan de acción integral que garantice los derechos humanos de su población.
Los voluntarios criticaron que se haya excluido del Plan de emergencia a este poblado compuesto por 200 familias, entre las que hay unos 320 niños viviendo en estos momentos, "más que nunca, en condiciones infrahumanas", y denunciaron que las ayudas más importantes no están llegando de los poderes públicos, "sino de las aportaciones de particulares, muchas de ellas de fuera de la Comunidad de Madrid".
En la misma dirección, señalaron que esta semana ha sido "tremendamente dura", pues se han tenido que afrontar labores de limpieza urgentes, así como la dotación de colchones, mantas y ropa de abrigo, de vestir, calzados y alimentos. "Todo ello, desde el altruismo y la generosidad de ciudadanos particulares, y de algunas organizaciones y asociaciones como Traperos de Emaús, Cáritas o Bomberos sin fronteras, que facilitaron 100 colchones", añadieron.
Las primeras medidas de urgencia, una vez bombeada el agua de la inundación, fue proporcionar a las familias detergente; pañales, ropa y calzado, especialmente, a los niños; así como material escolar y un paquete de alimentos de emergencia por familia.
En este momento, siempre desde la colaboración ciudadana con el equipo de voluntarios, se va a proceder a cubrir de gravilla el suelo de las sendas para facilitar el paso.
Sin embargo, apuntaron que la "insuficiente" respuesta de las Administraciones municipal y autonómica impide realizar una verdadera recuperación de las condiciones mínimas de habitabilidad del poblado de chabolas.
"Si no se enfrenta esta situación, los problemas se multiplicarán con la progresiva vuelta de las familias más afectadas, que fueron alojadas en prefabricados en Las Tablas; y que buscan la compañía de los suyos, tras ser expulsados de ese alojamiento transitorio", señalaron, al tiempo que reiteraron que la primera necesidad sigue siendo, por tanto, "desarrollar una actuación de emergencia, en el marco del Plan aprobado para otras zonas afectadas por las lluvias".
A su juicio, las Administraciones deben superar las meras actuaciones de emergencia con una población a la que es necesario garantizar derechos humanos tales como la educación, la higiene, la vivienda y el trabajo, al menos, estrategias de búsqueda de empleo.
CC.OO está especialmente preocupado por la falta de escolarización de la mayoría de los niños de El Gallinero. Sólo 44 de los 320 niños que, aproximadamente viven en este poblado, acuden a centros educativos de la zona, y es fruto del trabajo de los voluntarios y a la colaboración de los profesionales de los propios centros.
Por esta razón, el sindicato consideró que sería necesario afrontar un Plan de acción integral continuado para la integración de la población, a través del Instituto de Realojo e Inserción Social (IRIS), para que resuelva problemas fundamentales ligados a la higiene, a la vivienda, a la búsqueda de empleo y a la plena escolarización plena de los 320 niños de El Gallinero.