Imagen de recurso de la fachada del Tribunal Supremo - EUROPA PRESS - Archivo
MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de 26 años de cárcel a un vecino de Torrejón de Ardoz por abusar sexualmente de dos menores de edad e intentarlo con otras tres dándoles dinero, droga, ropa o teléfonos móviles.
La sentencia reconoce como hechos probados que José Manuel M.L., desde marzo de 2014 hasta el 1 de julio de 2016, fecha en la que fue detenido por la Policía Nacional, tuvo ánimo de corromper su normal comportamiento sexual siguió un mismo patrón para relacionarse con varios menores de edad de ambos sexos de entre 14 y 16 años de edad, que residían como él en Torrejón, y también en Loeches y Madrid, "ofreciéndoles dinero o droga, comprándoles teléfonos móviles o ropa, o invitándoles a comer a capricho de ellos, con el fin de que mantuvieran con él relaciones sexuales completas".
Algunos de los menores le llamaban por su primer apellido, o 'abuelo' y así se lo presentaban a otros menores del grupo, entre ellos niños.
Según el fallo, al que ha tenido acceso Europa Press y adelantado por la Cadena Ser, en marzo de 2014 en un bar de Torrejón el procesado le ofreció 20 euros a una chica de 16 años por mantener sexo con él, a lo que la menor se negó.
Entre octubre de 2015 y junio de 2016, el entregó a otra chica de 14 años varias simas de entre 20 y 60 euros, y en una ocasión un cigarro con droga y un teléfono móvil, para que mantuviera relaciones sexuales con él, que se consumaron en varias ocasiones en su propio domicilio.
Entre mayo y junio de 2016, el condenado le tocó los pechos y besó a una menor y luego tuvo sexo con otra a cambio de dinero. Otro episodio similar ocurrió días después y otros más en número de ocasiones no concretadas.
Un juzgado de Torrejón condenó al acusado, lo que fue confirmado después, tras un recurso de apelación, por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que fue a su vez recurrido por casación ante el Supremo.
Los magistrados del Alto Tribunal han validado las sentencias previas y han rechazado las últimas alegaciones del procesado sobre la no acreditación de la edad de las menores, lo que les ha generado "sentimientos de culpa, autoreproche, remordimientos, vergüenza y temor a ser rechazadas por sus iguales".