MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
El mercado automovilístico ruso, que ha registrado notables tasas de crecimiento en los últimos años, experimentó en agosto una notable desaceleración, como consecuencia de los efectos de la crisis económica global y del conflicto de Georgia.
En concreto, las ventas de automóviles en Rusia crecieron un 6% durante el pasado mes de agosto, frente al incremento del 22% contabilizado en julio, según datos de JD Power que recoge el diario 'Financial Times'.
Esta desaceleración ha provocado cierta preocupación en los grandes grupos automovilísticos presentes en Rusia, pues las multinacionales han apostado por este país y otras economías emergentes como China, Rusia o Brasil para compensar el estancamiento de regiones maduras como Europa occidental o Norteamérica.
Al contrario de lo que sucede en otros países, la bajada del precio del petróleo ha generado un descenso de la confianza del consumidor en Rusia, uno de los principales productores de crudo del mundo. A ello se suma el efecto negativo de la crisis de los mercados financieros y la volatilidad bursátil.
Stuart Pearson, analista del sector del automóvil de Credit Suisse, explicó que los países de Europa central y del Este estaban eludiendo la desaceleración del mercado automovilístico registrada en Europa occidental. "Ahora las cosas pueden ser más difíciles", advirtió.
Por su parte, Walt Madeira, de CSM Worldwide, no cree que las ventas de automóviles en Rusia registren una caída tan drástica como algunos países de Europa occidental, entre ellos España. Gracias a su tamaño y a la existencia de liquidez, el mercado ruso crecerá este año a doble dígito, según Madeira.
Chevrolet, del grupo General Motors, es el líder de ventas en Rusia, donde el Ford Focus es el modelo más vendido. Renault dispone desde el pasado año de una participación del 25% más una acción en el constructor local AvtoVaz, y su socio japonés Nissan es una de las principales marcas del mercado ruso.
Además, General Motors, Hyundai, Nissan y Suzuki tienen previsto poner en marcha fábricas de automóviles en San Petersburgo, mientras que el grupo PSA Peugeot-Citroën y Mitsubishi construyen una factoría en Kaluga, donde Volkswagen ya cuenta con una planta.
