Actualizado 19/11/2008 19:39

Innova.- Un experto pide en Murcia mayor información de tipo biológico y químico para investigar el cambio climático

Dice que los estudios que auguran la inundación de La Manga no son concluyentes y "depende del CO2 y la acción del hombre"

MURCIA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

El investigador titular del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Manuel Vargas, reivindicó hoy en Murcia que el estudio del cambio climático, en lo que se refiere a la biosfera, "debe seguir las mismas pautas que la investigación de los aspectos físicos de la atmósfera y del mar".

Este científico participó en el IV Congreso de la Naturaleza de la Región de Murcia y I del Sureste Ibérico sobre cambio climático y ecosistemas semiáridos, que hoy comenzó en el Centro Educativo del Medio Ambiente CEMACAM Torregüil de Murcia.

Así, dijo que en la investigación de los océanos "hay una escasez de datos procedentes de los sistemas de observación que se utilizan en las mediciones de las variables físicas" para esclarecer la influencia del cambio climático, pero matizó que la ausencia de datos de tipo biológico y químico "es muchísimo mayor".

En este sentido, consideró que la comunidad científica "tiene que recoger una gran cantidad de datos de la biosfera para poder determinar qué es lo normal, y saber entre qué valores es natural que fluctúen las especies".

Por el contrario, dijo que la atmósfera "está muy bien muestreada", y que en el mar "no hay nada parecido", aunque actualmente "se está poniendo en marcha un sistema de observación global de los océanos, donde cada país tiene que contribuir".

Las diferencias entre la investigación oceanográfica y de la atmósfera se deben a que el muestreo de los mares "es muchísimo más caro, y no hay una conciencia tan clara de la importancia de monitorizar los mares e identificar las variables", señaló.

Para contribuir a la investigación del cambio climático en los mares, el IEO analiza toda la costa mediterránea, desde Cataluña hasta la parte más occidental de Andalucía, pasando por la costa murciana, donde hay una estación de muestreo en Cabo de Palos, dependiente del IEO de Los Alcázares.

Vargas explicó que hay sistemas de monitorización por satélite para la investigación oceanográfica "que permiten medir la temperatura superficial del mar, la concentración superficial de clorofila", así como sistemas de estudio con boyas "que ofrecen datos de zonas puntuales".

No obstante señaló que "no hay una forma automática de tomar datos que son importantes, como los cambios de las especies de fitoplancton o zooplancton", y señaló que "hoy por hoy hay que ir con un barco oceanográfico a la zona en concreto y tomar datos".

La comunidad científica oceanográfica "trata de reunir los datos que se recabaron en el mar en los últimos 100 años con esos propósitos", y el IEO "está dedicando mucho esfuerzo a tareas de observación para ir midiendo variables importantes de forma sistemática".

CALIENTAMIENTO Y SALINIDAD EN EL MEDITERRÁNEO.

En el caso concreto del Mediterráneo, Vargas aseguró que hay una constatación "de que el mar se está calentando y que está aumentando su salinidad, como un reflejo del cambio climático que se está produciendo a nivel global", todo ello "a pesar de la carencia de datos y la necesidad de poner más sistemas de información".

El objetivo "es mantener este sistema de alerta", señaló. Y es que hay muchas alteraciones "que provoca el hombre pero que no tienen nada que ver con el cambio climático, por lo que hay hacer un trabajo de seguimiento y monitorización medioambiental, para conocer en todo momento su estado de salud y diferenciar los motivos".

Por ejemplo, dijo que una de las causas principales del aumento de la salinidad en los últimos 50 años "ha sido la construcción de presas, en los principales ríos, por ejemplo, en el Nilo, que es una de las fuentes de agua dulce mas importante del Mediterráneo con la presa de Asuán (Egipto), ha reducido un 90 por ciento el aporte de agua dulce".

A causa del cambio climático, Vargas añadió que "se detecta que hay lugares en los que va a aumentar la evaporación y, en otros lugares, incrementarán las precipitaciones". Asimismo, dijo que "habrá alteraciones en la concentración de sal en el mar, puesto que se mezcla el aumento de la evaporación y la interferencia del hombre en los ríos".

MAR MENOR.

Sobre las repercusiones en el Mar Menor, Vargas dijo que es "un tema delicado", aunque aseguró que "si subiese el nivel del mar, La Manga quedaría anegada, y si subiesen las temperaturas, tendrían unos efectos nocivos sobre las especies".

De todas formas, dijo que los estudios que pronostican estas consecuencias "no son estudios de detección, sino de predicción, por lo que no confirman hechos constatados, sino que ayudan a concienciar a la población de que hay que actuar".

Así, apuntó que con el cambio climático "no se pueden hacer predicciones, porque hay una serie de factores que no controla la ciencia ni la naturaleza. Lo que determinará el cambio es de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, así como la voluntad de los hombres".

Vargas adelantó que "se proponen hipótesis y en el peor de los casos, se pueda subir el nivel del mar hasta 60 centímetros". Al respecto, confirmó que "ya llevamos acumulados 20 centímetros en los últimos 100 ó 150 años, y ya están hablando de 80 ó 90 centímetros, una cantidad importante como para que en La Manga pueda anegarse".

Por su parte, las temperaturas "subirían hasta cuatro grados centígrados para todo el planeta, con un margen de entre dos y seis grados", destacó.

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