Centro de Información Cerveza defiende que el consumo moderado de cerveza no modifica el peso ni la composición corporal

Actualizado: martes, 20 marzo 2012 15:35

Recuerda que numerosos estudios concluyen que el consumo moderado de cerveza "podría tener numerosos beneficios para la salud humana"

MURCIA, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Centro de Información Cerveza y Salud ha defendido que el consumo moderado de cerveza no afecta al peso ni a la composición corporal, siempre que se haga por parte de adultos sanos y de forma moderada, es decir, de dos a tres cañas diarias para los hombres y una o dos en el caso de las mujeres, según ponen de manifiesto estudios científicos.

De esta manera, el Centro de Información Cerveza y Salud contesta a la noticia publicada por Europa Press sobre un estudio en el que han participado investigadores de la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia, que confirma que los hombres y las mujeres que beben alcohol de forma continuada sufren en mayor medida obesidad abdominal. Además, este estudio detecta que el efecto del alcohol en la grasa acumulada es mayor en el caso de la cerveza que en el del vino, aunque ambos tienen un marcado efecto sobre esta adiposidad.

Por contra, el Centro de Información Cerveza y Salud, entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, sostiene que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no provoca un aumento del peso corporal ni modificaciones en la composición corporal.

De hecho, recuerda que así se desprende de la conclusión a la que ha llegado el estudio titulado 'Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal', realizada por Ana María Veses Alcobendas, investigadora en el Instituto del Frío-ICTAN del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La autora del estudio explicó que "pese al mito de que el consumo de cerveza produce distensión abdominal, las conclusiones del presente estudio indican que un consumo moderado de esta bebida fermentada de baja graduación alcohólica no provoca aumento de peso, ni modificaciones en la composición corporal".

La investigación fue realizada en un grupo de voluntarios, siguiendo un diseño de intervención cruzado. El periodo experimental duró 10 semanas, durante las cuales todos los voluntarios del estudio mantuvieron sus hábitos de vida y alimentación. La única modificación introducida fue referente al consumo de bebidas habituales y a la ingesta de cerveza tradicional o sin alcohol en los periodos determinados según el diseño experimental.

Durante la primera semana, todos los sujetos tuvieron que abstenerse de cualquier consumo de bebidas con alcohol. Las cuatro semanas siguientes y de forma aleatoria, dependiendo del grupo al que habían sido asignados, incorporaron a su dieta habitual cerveza tradicional o sin alcohol, en la cantidad correspondiente a un consumo moderado de alcohol, es decir, 20 ó 24 gramos por día para los varones (dos latas de 330 mililitros) y 10 ó 12 gramos al día para las mujeres (una lata de 330 ml).

Entre otros parámetros, el estudio analizó la ausencia de variación en el peso, el índice de masa grasa y masa corporal. Igualmente, llevó a cabo un análisis dietético y de la actividad física realizada por los sujetos en el periodo del estudio y se realizaron mediciones de los pliegues cutáneos y de las circunferencias corporales.

Así, las mediciones antropométricas determinaron que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura; y tampoco registraron alteraciones significativas en los pliegues cutáneos.

La investigación fue realizada a partir de la concesión en 2008 de una Beca Manuel de Oya 'Cerveza, Salud y Nutrición', promovida por del Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), y estuvo dirigida por la Dra. Ascensión Marcos, Profesora de Investigación y Directora del Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto del Frío-ICTAN del CSIC.

Este estudio ha sido desarrollado en colaboración con los doctores Ángela García, Eduardo Iglesias y Ana Montero, profesores en el departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Alimentación, de la Facultad de Farmacia en la Universidad CEU San Pablo.

El Centro de Información Cerveza y Salud destaca que esta investigación confirma la llevada a cabo por la doctora Ascensión Marcos en 2002, en la que también se comprobó que el consumo moderado de cerveza tampoco modifica los hábitos alimentarios de los voluntarios que se sometieron al estudio.

OTRAS INVESTIGACIONES SOBRE CERVEZA

Además, el Centro de Información Cerveza y Salud destaca que otros estudios científicos internacionales han señalado que el consumo de cerveza no se traduce en un aumento de la circunferencia de la cintura.

Así, la investigación titulada 'La cerveza y la obesidad: un estudio transversal' publicado en la revista científica European Journal of Clinical Nutrition señala que es "improbable" que una ingesta habitual de cerveza esté relacionada con un aumento significativo en el índice de masa corporal y en el índice cintura cadera.

Asimismo, estas investigaciones apuntan a otros factores, como el estilo de vida sedentario, los hábitos alimentarios incorrectos y diversos componentes genéticos, como la variante DD del gen de la enzima conversora de la angiotensina (ACE), como favorecedores de la obesidad abdominal y señalan su influencia en la composición corporal.

UNA BEBIDA "NATURAL"

Por otra parte, el Centro de Información Cerveza y Salud dice que "no podemos olvidar que numerosos estudios concluyen que el consumo moderado de cerveza no sólo no aumenta la obesidad abdominal sino que podría tener numerosos beneficios para la salud humana".

De hecho, el doctor y presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, Jesús Román Martínez, recuerda que "el consumo moderado de la cerveza en general, con unas 45 kilocalorías por cada 100 mililitros, y 17 kilocalorías en el caso de la cerveza sin alcohol, así como el del resto de bebidas fermentadas de muy baja graduación, puede formar parte de una alimentación saludable".

Todo ello, "siempre que nos refiramos a adultos sanos, debido a las propiedades que les confieren tanto su baja graduación como las materias primas con las que está elaborada, que son el agua, cebada y lúpulo", explica el doctor.

En este sentido, especifica que "se ha demostrado que el consumo moderado de cerveza, con un máximo de tres cañas para los hombres y dos para las mujeres, puede tener efectos positivos para el organismo, siempre que se trate de individuos adultos y sanos".

Y es que la cerveza "está elaborada con ingredientes 100 por cien naturales como el agua, cebada y lúpulo; y es una de las pocas bebidas que contiene vitaminas y minerales de forma natural".

FOTOGRAFÍA DE LA NOTICIA

Por otra parte, el Centro de Información Cerveza y Salud destaca que la fotografía de cerveza que ilustra la información de Europa Press, fácilmente podría tratarse de su variedad sin alcohol, con lo que "no podemos demonizar a esta bebida que, si en la variedad tradicional tan sólo cuenta con 45 kilocalorías por cada 100 mililitros, todavía menos a su variedad sin alcohol suponiendo sólo 17 kilocalorías por cada 100 mililitros".

Desde su fundación en 1998, el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), ha querido dar respuesta a la demanda informativa existente en nuestro país en torno a esta bebida apoyando todas aquellas iniciativas relacionadas con su investigación y proporcionando a los profesionales sanitarios y la sociedad información objetiva y contrastada, bajo la supervisión de los profesionales de la medicina, la dietética y la nutrición que conforman el Comité Científico de esta entidad.