Una persona mayor camina con ayuda de un bastón - EUROPA PRESS - EDUARDO PARRA
MURCIA 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Política Social, Familias e Igualdad, Conchita Ruiz, ha informado este jueves al Consejo de Gobierno de que su departamento está ultimando la Estrategia Regional contra la Soledad no Deseada con el fin de frenar el aislamiento e incrementar el bienestar en la tercera edad, que será presentada en las próximas semanas.
El documento, que está siendo elaborado con la colaboración de entidades locales, del Tercer Sector y de profesionales que trabajan con personas mayores, recogerá las líneas de actuación dirigidas a mejorar los mecanismos de detección del aislamiento en las personas mayores y a reforzar la intervención integral, el acompañamiento continuado y el envejecimiento activo.
Para ello, las entidades especializadas han realizado aportaciones que permitirán mejorar el mapa de recursos existente y diseñar nuevas actuaciones centradas en mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores en la Región.
La Estrategia se dirigirá a dos grupos de edad prioritarios: personas de 65 a 79 años y mayores de 80.
El plan pondrá el foco en colectivos vulnerables, como quienes viven en residencias o instituciones; personas en situación de pobreza o exclusión social; aquellas con dependencia o discapacidad; quienes atraviesan un proceso de duelo, y quienes padecen problemas de salud mental o enfermedades crónicas.
El objetivo es ofrecer una atención adaptada a cada caso, garantizando que nadie quede fuera de los recursos de acompañamiento y apoyo social.
Entre las novedades se incluirá, por ejemplo, la puesta en marcha de proyectos regionales de acompañamiento telefónico a través de la Red Regional de Voluntariado, con llamadas semanales dirigidas a mayores que viven solos. En este caso se priorizará a personas con movilidad reducida.
Todas las medidas de la Estrategia se articularán en torno a cuatro ejes de actuación que ya han sido definidos por la Consejería: prevención, sensibilización y vida en comunidad; detección de situaciones de aislamiento; intervención y acompañamiento social, y, finalmente, coordinación y generación de conocimiento.
Estas líneas están orientadas a ofrecer respuestas personalizadas que ayuden a romper el aislamiento involuntario.