Fiscal y el abogado de uno de los acusados del crimen de los holandeses piden la transcripción de algunas pruebas

Constantin Stan, imputado por el crimen de los holandeses
EUROPA PRESS
Publicado: lunes, 9 febrero 2015 17:49

MURCIA, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

El fiscal del caso que investiga el asesinato de la jugadora holandesa de voleibol Ingrid Visser y su pareja, Severein Lodewijk, y el abogado de uno de los acusados como presunto autor material del crimen han solicitado la repetición de algunas pruebas, por lo que la causa ha tenido que ser devuelta al juzgado de instrucción para que las vuelva a realizar.

Según informaron a Europa Press fuentes cercana a la investigación, las pruebas impugnadas son unas conversaciones entre los acusados que no se encuentran transcritas, sino que fueron trasladadas a las partes en un CD pero en un formato al que solo tiene acceso, al parecer, la Policía con el uso de un programa específico.

Además, han pedido que se aporten unas fotografías que se habían trasladado a las partes en blanco y negro, pero que se encuentran en color. Los abogados quieren manejar estas imágenes en color y averiguar cuáles son las originales, ya que son elementos considerados "fundamentales" para "enfocar la defensa correctamente".

En concreto, el fiscal y Melecio Castaño, abogado del ciudadano rumano Constantin Stan, acusado como autor material del crimen, han solicitado que estas pruebas sean incorporadas en un formato que sea compatible para las partes. En principio, según las mismas fuentes, no se plantea la nulidad de las mismas, aunque deberán ser apartadas del procedimiento "si no se sostienen".

Previsiblemente, las mismas fuentes informan que el juicio oral podría comenzar, como muy pronto, a final del presente año 2015.

ANTECEDENTES

Según el relato de los hechos recogido en el escrito de conclusiones provisionales del Fiscal, "se estima que procede el enjuiciamiento respecto de unos hechos de los que existen suficientes indicios racionales de criminalidad".

En el auto, el fiscal recuerda que Visser y su pareja sentimental, Severin, residieron durante varios años en Murcia, en cuyo equipo de Club Voleibol Murcia 2005, ella jugó las temporadas 2009-10 y 2010-11. El mencionado club estaba contratado como gerente, el acusado Juan Cuenca.

El club empezó a tener problemas económicos muy graves, hasta su disolución en julio del año 2011, por lo que dejó de pagar el dinero de la ficha, a varias jugadoras, entre ellas a Visser, a la que debía una cantidad no determinada, que rondaba los 60.000 euros. Severein, que actuaba como representante de su pareja sentimental, entabló relaciones comerciales con Cuenca, en reclamación de las cantidades debidas.

Estas negociaciones culminaron en la constitución de una sociedad en Gibraltar en marzo de 2013, llamada Granmar Stone Trade Limited. A través de la mencionaba sociedad los dos socios pensaban canalizar el pago de las cantidades debidas a la jugadora así como las ganancias de otros negocios iniciados por los mismos, que no han podido ser concretados.

Precisamente por esto, el auto sostiene que Severein y Cuenca tenían frecuente contacto telefónico, por correo electrónico y personal, llegando a verse en alguna ocasión en las ciudades de Valencia y Alicante, para gestionar la creación de la sociedad mencionada así como el cobro de la deuda.

Con motivo de una visita médica a Murcia -Ingrid estaba en tratamiento para ser madre-, reservaron una habitación en el hotel Churra Vistalegre situado en la ciudad de Murcia y para la segunda noche, reservaron una habitación en el Hotel Patilla de la localidad de Santa Pola, muy cercana al aeropuerto de Alicante.

Durante esa semana, Juan Cuenca y Lodewijk Severein, hablaron en numerosas ocasiones, en especial los días 7, 8, 9 y 11 de mayo, conversaciones, durante las cuales, el ciudadano holandés le informó de que se desplazaba a Murcia junto con su pareja, para una visita médica, concertando una cita para la tarde noche del día 13 de mayo, en el Pabellón Príncipe de Asturias, antigua sede del Club de Voleibol.

Por ello, el Fiscal sostiene que Cuenca decidió acabar con la vida de su acreedor trazando un plan, consistente en la contratación de personas que acabaran con su vida. Para ello debía alquilar una casa rural apartada y debido a la altura y la corpulencia de la víctima, planificó el descuartizamiento del cadáver para facilitar así su enterramiento.

Para ello, añade que contactó con el acusado Valentín Ion los días 8, 10 y 11 de mayo, para fijar los detalles del "macabro plan". Asimismo, Valentín Ion, contactó con su compatriota, el también acusado Constantin Stan, con antecedentes penales por delitos muy violentos en su país de origen y con formación militar, para que le "auxiliase en la ejecución de las muertes, ya que al ser informados que también vendría Ingrid, se decidió matarla a ella también".

Según el auto, Cuenca pactó con Valentín y Constantin, que les pagaría una parte del dinero el día 13 de mayo por la mañana y la cantidad restante a la vuelta en Valencia. Juan se comprometió a trasladarlos a Murcia y a suministrarles todos los instrumentos precisos.

Para la ejecución del plan, necesitaban una vivienda en un lugar apartado y discreto, en el que pudieran darles muerte sin riesgo para sus vidas y sin levantar sospechas, por lo que Juan Cuenca Lorente, habló con Maria Rosa Vázquez, persona a la que conocía de su época de gerente del Club de Voleibol Murcia 2005.

Vázquez contactó con la propietaria de una casa rural situada en el paraje de la Hurona en el término municipal del Fenazar, para alquilarla desde el lunes 13 de mayo hasta el viernes 17 de mayo, por 400 euros. Cuenca, no tenía liquidez, por lo que llamo al acusado Serafín de Alba y Luis, con el que tenia una estrecha relación de amistad de muchos años, le pidió, sin que pueda probarse que él tenia conocimiento para que iba a emplearse el dinero, 2.000 euros para pagar la casa rural y el adelanto a Constantin Stan y a Valentín Ion.

El día 13, Vázquez recogió a la pareja de holandeses y los llevó a la casa rural "sin tener conocimiento de los planes mortales". Ambos entraron en la vivienda, siendo recibidos por Cuenca, Stan e Ion, en el salón de la misma. Sin poder concretar el momento exacto de la muerte, los tres acusados ejecutaron su plan en las siguientes horas.

Después de acabar con el embalaje de los cuerpos, el auto considera que limpiaron en profundidad el salón y demás dependencias de la casa rural, para borrar cualquier huella, resto de sangre o hueso humano, por lo que Cuenca se causó heridas abrasivas con el producto de limpieza en los antebrazos.

Como no sabían qué hacer con los cuerpos, Cuenca llamó a Serafín de Alba, contándole lo sucedido y pidiéndole permiso para enterrar los restos en una casa de la huerta. Serafín consintió y les ayudo para realizar el enterramiento de los cadáveres en la finca de su propiedad, concluyen el auto.

PENAS

Por todo ello, en el escrito de conclusiones provisionales que la Acusación Pública ha remitido al juzgado se solicita una pena de 25 años de prisión por cada uno de los asesinatos que se imputa a Cuenca, Ion y Stan, y entiende la acusación que concurre en los hechos la agravante de ensañamiento.

Asimismo, pide una pena de 3 años de privación de libertad para Serafín de Alba por el supuesto encubrimiento. Las mismas penas solicita la acusación particular en su escrito, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia en un comunicado.

Además, se solicita por la Fiscal una indemnización para la madre, el hermano de la mujer fallecida y las dos hijas del fallecido.

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