MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
El atentado perpetrado por ETA esta mañana contra la sede del PSE-EE en el barrio bilbaíno de La Peña es el tercero contra una Casa del Pueblo en el País Vasco desde que acabara la tregua formalmente el 5 de julio del año pasado, después de que el 24 de diciembre los terroristas atentaran contra las sede socialista en Balmaseda (Vizcaya) y el 29 de febrero de este año lo hicieran en la de Derio (Vizcaya).
Además, durante estos meses, los socialistas han sufrido otros dos ataques: el coche-bomba contra el concejal del PSE Juan Carlos Domingo, que provocó heridas a su escolta, Gabriél Ginés, y el atentado mortal contra el ex edil socialista en Mondragón Isaías Carrasco.
Se da la circunstancia de que éste es el primer ataque contra los socialistas desde que el pasado 2 de abril, la banda terrorista les amenazara en un comunicado publicado en el diario 'Gara'. "¿No pensarán los militantes del PSOE que ETA se va a quedar de brazos cruzados viendo cómo, con toda impunidad, torturan a militantes vascos, los detienen, les imponen una condena de por vida e ilegalizan partidos políticos?", señalaba la organización.
En el texto, además, ETA afirmaba que, tras ganar las elecciones, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene ante sí "el conflicto y las consecuencias que no ha querido solucionar durante el proceso de negociación" y afirma que estas cuestiones "seguirán estando en 2009, en 2010, en 2011, etc, porque el Estado español no tendrá estabilidad política ni paz mientras no acepte el derecho de autodeterminación y territorialidad de Euskal Herria".
18 ATENTADOS DESDE EL FIN DE LA TREGUA.
Teniendo en cuenta este último ataque, desde que los terroristas pusieron fin de manera oficial a la tregua, el 5 de junio del pasado año, han llevado a cabo hasta 18 actos terroristas. Previamente, con el alto el fuego vigente, una bomba colocada en la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas acabó con la vida de dos ciudadanos ecuatorianos, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.
Tras el fin oficial de la tregua, el primer atentado de ETA tuvo lugar el 25 de julio, cuando colocó dos pequeños artefactos en las inmediaciones del recorrido que ese día hacía el Tour de Francia por Navarra sin causar heridos ni daños materiales.
El 24 de agosto, la banda terrorista atentó con una furgoneta-bomba cargada con entre 80 y 100 kilos de explosivo contra el Cuartel de la Guardia Civil en Durango, ocasionando heridas leves a dos agentes del Instituto Armado e importantes daños materiales.
Dos días después, el 26 de agosto, una furgoneta apareció destrozada en Castellón fruto de una explosión. Este vehículo pertenecía a un matrimonio de Orio (Guipúzcoa) que junto con su hijo fueron secuestrados en las Landas. Los terroristas pretendían repetir el 'modus operandi' del atentado de la T-4 y mantener retenidos a los dueños hasta cometer un atentado y evitar que denunciasen el robo.
El 2 de septiembre, un artefacto de escasa potencia explotó a la altura de Fuenmayor, en La Rioja, en la AP-68. En esa fecha, un comunicante que dijo hablar en nombre de ETA llamó a la DYA de San Sebastián para alertar de la colocación de cinco artefactos en otras tantas carreteras de la red nacional, coincidiendo con la operación de regreso de vacaciones.
El 9 de septiembre, ETA informó en una llamada al diario 'Gara' de la colocación de un artefacto explosivo en la sede de la delegación de Defensa de Logroño previsto para estallar a las 23.30 horas. Se trataba de un coche bomba que finalmente no explotó por un fallo del cordón detonante y que estaba cargado con 61 kilos de explosivo. El vehículo había sido robado el 3 de septiembre en Francia.
En la madrugada del 26 de septiembre, la banda terrorista hizo explotar un artefacto de escasa potencia frente a la comisaría de la Ertzaintza de la localidad guipuzcoana de Zarautz, que no provocó daños personales aunque sí importantes desperfectos.
Días después, el 9 de octubre, ETA colocó una bomba lapa en el automóvil del escolta del concejal del PSE en Galdácano Juan Carlos Domingo, que se encontraba de viaje. El guardaespaldas Gabriel Ginés Colás, de 36 años y natural de Zaragoza, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado. La explosión, que tuvo lugar alrededor de las 13.30 horas en el barrio de La Peña (Bilbao), provocó heridas leves a otras tres personas y alcanzó también a otros vehículos y contenedores cercanos.
Posteriormente, el 11 de noviembre, la Ertzaintza desactivó dos bombas de cinco y tres kilos de cloratita colocadas por ETA en el exterior del edificio de los juzgados de Gexto (Vizcaya). Los terroristas avisaron previamente de la colocación de la primera, pero no así de la segunda, ubicada en una papelera cercana a los juzgados. Un día después, un artificiero de la Policía autónoma vasca sufrió la amputación de cuatro dedos de la mano izquierda cuando manipulaba dicho artefacto.
El 1 de diciembre tuvo lugar el primer atentado con víctimas mortales desde que la banda rompiera el alto el fuego, con la muerte de los agetnes de la Guardia Civil Raúl Centeno, de 24 años, y Fernando Trapero, de 23, que fueron tiroteados por tres etarras en Capbreton (Francia).
El 16 de diciembre, ETA hizo explotar un artefacto explosivo contra el Juzgado de Paz de Sestao (Vizcaya), ocasionando daños materiales en las viviendas adyecentes de 31 familias de dicho municipio.
Días después, a la hora en la que el Rey pedía en su tradicional discurso de Navidad unidad a los partidos políticos en la lucha contra el terrorismo, el 24 de diciembre, ETA colocó una bomba compuesta por 5 kilos de explosivo contra una de las dos casas del Pueblo que el PSE tiene en la localidad vizcanía de Balmaseda. Además de reventar la sede socialista, los efectos del atentado alcanzaron de lleno a numerosas viviendas.
ATENTADOS EN 2008.
Ya este año, el 8 de febrero estalló un artefacto explosivo en la puerta de los juzgados de la localidad guipuzcoana de Vergara, causando importantes daños materiales en la entrada del inmueble. Los vigilantes de seguridad se habían percatado ya de la presencia de una mochila sospechosa en las puertas de los juzgados.
El 23 de febrero, estalló una bomba con entre 3 y 4 kilos de explosivo en una ventana del repetidor del monte Arnotegi, a escasos kilómetros de Bilbao, en el momento en que era tocada por el robor de los artificieros de la Ertzaintza, sin que se registraran heridos.
Seis días después, el 29 de febrero, tuvo lugar el segundo ataque contra una Casa del Pueblo desde el fin del alto el fuego. En este caso, ocurrió en la sede del PSE-EE en la localidad vizcaína de Derio, poco después de que una llamada en nombre de ETA alertara de la colocación de dos bolsas con explosivos, cuya deflagración no dejó heridos.
El 7 de marzo, a dos días de las elecciones generales, ETA irrumpía en la campaña electoral con el asesinato del ex concejal del PSE-EE en Mondragón (Guipúzcoa), de 42 años, que recibió varios disparos cuando se encontraba en las cercanías del portal de su casa.
Todavía en el mes de marzo, el día 21, un coche-bomba colocado por ETA estallaba a las 14.00 horas cerca del cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja). Como consecuencia de la explosión, un guardia civil resultó herido de levedad y varios edificios y vehículos sufrieron importantes daños materiales.
El último atentado de ETA, hasta el perpetrado hoy en Bilbao, había tenido lugar, el 30 de marzo, contra un repetidor de la localidad de Azpeitia (Guipúzcoa), donde la explosión de dos artefactos provocó escasos daños en las instalaciones del repetidor de telecomunicaciones.