El camionero juzgado en Valladolid por quedarse con dinero del repostaje alega que lo hizo por hambre

Mantiene que su jefe no le paga la nómina y por eso se vio obligado a utilizar la tarjeta Solred para comprarse bocadillos y bebida

Europa Press Nacional
Actualizado: jueves, 24 enero 2008 18:07

VALLADOLID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

El camionero de origen búlgaro Dimitar P, acusado, junto al empleado de la gasolinera 'San Jorge' de Cubillas de Santa Marta (Valladolid), Julián R.T, de un delito continuado de estafa, reconoció haber utilizado en 2005 en tres o cuatro ocasiones la tarjeta Solred de combustible de su empresa para cargar en ella más importe que litros realmente repostados pero alegó que las cantidades apropiadas las utilizó para comprar bocadillos y refrescos porque su jefe, tal y como denunció, le adeudaba la nómina de nueve meses.

Sus explicaciones no fueron atendidas por el Ministerio Fiscal, que solicitó tanto para el camionero como para el 'gasolinero' una pena de dos años de cárcel, el primero en calidad de autor y el segundo como cooperador necesario, junto con la obligación de indemnizar solidariamente a la empresa perjudicada en más de 8.000 euros, mientras que la acusación particular pidió tres y un año de prisión, respectivamente, y las defensas de ambos la libre absolución.

En su declaración ante la Audiencia de Valladolid, el chófer, quien fuera empleado durante un año de la empresa T. Internacionales A.Galván, negó haber realizado mediante este sistema más de una veintena de operaciones por importe superior a los 8.000 euros, contrariamente a lo sostenido por las acusaciones pública y particular, e insistió en que sólo lo hizo unas pocas veces en la referida gasolinera y en que el dinero obtenido por esta vía, no más de 400 euros en total, lo destinó a saciar su hambre.

"Al repostar echaba gasoil pero le pedía al empleado que hiciera constar más litros de los reales para así quedarme con la diferencia", explicó Dimitar P, quien negó que el "gasolinero" se llevara a cambio una comisión y explicó, en declaraciones recogidas por Europa Press, que si no se fue antes de la empresa, pese a no cobrar su nómina desde hacía meses y verse obligado a acudir a este tipo de ardides, es porque carecía tanto de permiso de residencia como de trabajo y su jefe se había comprometido a proporcionárselos.

"TENÍA PINTA DE TENER MUCHA HAMBRE".

Su presunto cooperador necesario en la estafa, Julián R.T. confesó también haber ayudado al primero en dichas operaciones de repostaje, sin percibir nada a cambio y ante las manifestaciones del camionero de que su jefe no le pagaba y que tenía hambre. "Sólo lo hice un par de veces, cargando en la tarjeta unos 50 euros a mayores que no le daba en metálico sino en productos de la tienda, tanto bocadillos como refrescos", declaró el empleado de la gasolinera, quien añadió que "sabía que no era legal pero es que tenía pinta de tener mucha hambre. yo soy así".

Por su parte, el propietario de la empresa de transportes, José Antonio Galván, trató de desmontar la versión exculpatoria del camionero al asegurar que éste cobraba puntualmente su nómina, de unos 3.000 euros, así como unos 150 euros a mayores para dietas semanalmente, y que el acusado le llegó a reconocer que tenía un amigo en la gasolinera de Cubillas de Santa Marta que le hacía el "chanchullo" con la tarjeta Solred a cambio de una comisión.

Galván explicó que no descubrió la estafa hasta que empezaron a llegar las facturas de repostaje por importe superior a 8.000 euros y comprobó que las mismas excedían un 200 por ciento lo considerado normal, además de que parte de las operaciones se efectuaron en fines de semana cuando el camión se hallaba parado.

También se detectaron otros 6.400 euros no justificados en llamadas efectuadas en su mayoría a Bulgaria con el teléfono móvil de la empresa. De esta última deuda telefónica el imputado abonó la práctica totalidad, a excepción de 700 euros.

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