Condenan a 10 años de prisión a un alemán por matar a su casero en Alfarnatejo (Málaga)

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 4 marzo 2008 19:39

MÁLAGA 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un alemán a 10 años de cárcel y a la prohibición de vivir en la localidad malagueña de Alfarnatejo durante 15 años por matar a su casero, con el que mantenía discusiones y que tenía una orden de alejamiento respecto al acusado. Además, tendrá que pagar una indemnización de 150.000 euros a los familiares de la víctima, a los que no se podrá acercar a menos de 500 metros ni comunicar con ellos también por 15 años.

Esta sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, se produce después de que un jurado popular declarara al procesado a mediados del pasado mes de febrero culpable de un delito de homicidio, estimando la atenuante de arrebato u obcecación. Los hechos tuvieron lugar el 25 de diciembre de 2005, aunque el acusado y su familia estaban en la vivienda desde octubre del mismo año.

Al poco tiempo de instalarse, surgieron los problemas entre las partes. En este ambiente de conflictividad, el día de los hechos la víctima llamó dos veces a la Guardia Civil de Periana para denunciar problemas y que unos coches le impedían el acceso a la casa de madera de su propiedad. Tras esto, fue a hablar con el acusado para decirle que retirara esos vehículos.

En ese momento, se produjo una discusión entre ambos y cuando el fallecido se subió en su coche con la intención de irse, el procesado le tiró una piedra que fracturó una ventanilla. La víctima se bajó del coche, según se declara probado, y se enzarzaron en una pelea en la que el acusado golpeó al hombre una o varias veces en la cabeza con otra piedra, aunque sin causarle la muerte aún.

Posteriormente, el acusado cogió su coche "e intencionadamente pasó por encima del cuerpo de la víctima que se encontraba en el suelo aún con vida". Instantes después, lo introdujo en su coche y lo precipitó hacia abajo de forma que el vehículo impactó contra un poste cercano. Se fue a casa, cogió un trapo con gasolina y lo arrojó al interior, "provocando un incendio en la parte delantera", que calcinó el cadáver.

El magistrado-presidente del Tribunal del Jurado estima que el acusado acabó con la vida del hombre que le había alquilado la casa "debido a la ofuscación o conmoción que supuso para él la actitud previamente mantenida por la víctima", incluso con denuncias de la esposa del acusado contra el fallecido, "lo que, sin llegar a trastornarle mentalmente, tuvo una influencia menguante o limitadora sobre su voluntad e inteligencia".

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