Continúa la declaración de testigos en el juicio contra el conductor acusado de atropello mortal a dos jóvenes en Mérida

Actualizado: miércoles, 2 julio 2008 20:26

Los padres de los fallecidos sostienen que han sido "amenazados de muerte" por el imputado

MÉRIDA, 2 Jul. (EUROPA PRESS TELEVISIÓN) -

El Juzgado de lo Penal número 2 de Mérida acogió hoy la declaración de varios testigos en el juicio que se sigue desde ayer contra el joven M.A.B.L., de 24 años, al que se le imputan dos delitos de homicidio con imprudencia y otros dos de omisión de socorro, como presunto autor del atropello mortal de dos menores que circulaban en una motocicleta y que ocurrió el 29 de mayo de 2004 en Mérida.

Ayer tuvo lugar la primera sesión de este juicio, con la declaración del acusado, que expuso que la noche en la que fallecieron Manuel Linde y Miguel Ángel Malpartida, de 17 y 16 años, respectivamente, él regresaba de una celebración cuando al cruzar el puente donde ocurrió el siniestro, notó que algo impactó contra la luna de su vehículo, por lo que pensó que se trataba del golpe producido por una piedra y siguió su marcha.

Hoy, entre los 22 testigos, se encontraba el padre del sospechoso, Miguel Benítez, quien ratificó la declaración de su hijo y precisó que ambos se enteraron de que dos jóvenes habían fallecido como consecuencia de un atropello ocurrido en ese mismo lugar y ese mismo día, 29 de mayo de 2004, hacia la hora que el acusado había circulado por el Puente Fernández Casado, donde se halló el cuerpo de los menores sobre el asfalto.

Explicó que cuando su hijo le dijo, la mañana siguiente al atropello, que el coche estaba averiado porque alguien "le había lanzado una piedra", entonces decidió poner una denuncia en la Policía Local y allí, según sostuvo fue donde se enteró del fallecimiento de los jóvenes.

Asimismo detalló que el coche que conducía su hijo aquella noche presentaba varios desperfectos como "luna rota, también la aleta y uno de los faros".

Otro de los testigos que han declarado en la vista oral de hoy, es la ex novia del imputado, Eva Fernández, que sostuvo ante la jueza que la noche del siniestro M.A. la llamó y le explicó que estaba "nervioso" porque había "tenido un accidente", aunque no le dio más datos al respecto, según apuntó.

OCULTACIÓN DE PRUEBAS.

Por otra parte, también declararon hoy algunas de las personas que circulaban por el lugar de los hechos cuando la motocicleta en la que iban los jóvenes fue presuntamente embestida por el vehículo del imputado, quienes coincidieron en señalar que lo que vieron fue el cuerpo de los accidentados en el asfalto.

Sin embargo, mientras algunos de estos testigos dijeron que habían visto un vehículo "circular a velocidad excesiva por la zona iluminada", otros mantuvieron que no se veía nada "porque las farolas estaban apagadas".

En cuanto a los progenitores de los fallecidos, que también se han personado en el caso como testigos, subrayaron que echaron de menos "objetos" personales de sus hijos y también "los cascos protectores que siempre usaban", al ver el cuerpo de los menores tendidos sobre el asfalto.

Al respecto, Manuel Ignacio Linde, padre del joven de 17 años, observó que un mes con posterioridad al suceso, halló con la ayuda de un detector de metales "el reloj" de su hijo, dando a entender que alguien los había lanzado por el puente.

AMENAZAS DE MUERTE.

Además con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, señaló que el acusado ha amenazado "de muerte" en "cuatro ocasiones" a su mujer, después del atropello y que él sufre "incapacidad laboral permanente" tras perder a su hijo.

En la misma línea declaró su mujer, Ana Collado, quien pidió "justicia" por la muerte de su hijo y aseguró que el sospechoso conocía a los dos jóvenes desde la infancia.

"Me ha quitado a mi hijo y la destrozado mi familia", se lamentó. "Mi hijo estaba reventado porque él se sació con mi hijo", manifestó con rotundidad, mientras apuntó con el dedo al acusado.

PENAS.

Por los hechos que se le imputan a M.A.B. el Ministerio Fiscal pide 4 años de cárcel y una indemnización de 180.000 euros, mientras la acusación particular solicita, con los agravantes de alevosía, premeditación y ensañamiento, diez años de prisión.