El fiscal mantiene la pena de 15 años para la acusada de asfixiar a su marido con una almohada

Actualizado: jueves, 6 marzo 2008 15:14

SEVILLA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal mantuvo hoy la petición de 15 años de prisión para la mujer acusada de matar a su marido tras asfixiarlo con una almohada, en la calle San Luis de la capital hispalense, después de elevar a definitivas sus conclusiones en el juicio con jurado popular que se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Sevilla.

En la cuarta sesión del juicio, la defensa de la inculpada, por su parte, calificó los hechos de homicidio imprudente y solicitó que se tuvieran en cuenta las atenuantes de trastorno mental transitorio y defensa propia, mientras que la acusación particular reclama 20 años de prisión al considerar que la muerte se produjo por un asesinato con alevosía y ensañamiento.

Previamente, la vista oral contó con la presencia los psicólogos encargados de redactar el informe de salud mental de la acusada. Uno de los profesionales concluyó que dicha mujer "es una persona inquieta, algo teatral, poco colaboradora y manipuladora".

En este sentido, confirmó que F.R.M. presenta un trastorno de personalidad, si bien destacó que tal alteración "no afecta a la forma de conocer lo que está bien y lo que está mal".

"La situación vivida tuvo que ser muy intensa porque al relatar los hechos estaba en fase casi de hiperventilación", manifestó un forense, quien indicó que la narración de lo acaecido "estaba en consonancia con sus emociones", aunque destacó que existiera algún "trastorno psicótico".

El juicio continuará mañana con la exposición de los informes de las partes implicadas para que, una vez concluidos, el jurado pueda comenzar a deliberar y así ofrecer su veredicto durante la próxima semana.

La vista oral comenzó en la mañana del lunes 4 de marzo, cuando la inculpada alegó que su marido abusó sexualmente de ella "atada en la cama" e indicó que su intención "no fue matarlo". En su declaración, la procesada, F.R.M., que indicó que "nunca" maltrató a su marido, lamentó que al principio la relación era buena, pero que V.J.A.R. "fue cambiando poco a poco y comenzaron los insultos y las agresiones".

"Me decía que no servía para nada. En la intimidad era muy agresivo y quería practicar cosas que a mi no me gustaban", subrayó entre lágrimas la inculpada, quien agregó que su compañero le decía que "tenía que obedecerlo porque era su esposa".

El día del fatal suceso la acusada afirmó que su marido, "después de que se bebiera tres o cuatro cervezas en un bar de La Alameda", le pidió que se pudiera "bonita" y, según dijo, la obligó a ponerse "ropa interior roja".

"Me ató en la cama con las sábanas. No era la primera vez. Fue tanto el sufrimiento y tanta la humillación que yo no podía entender porque siempre venía a pedirme perdón al día siguiente", continuó F.R.M., que apuntó que en la madrugada del fallecimiento le hizo "de todo" porque decía que "era suya".

Afirmó que tras soltarse las muñecas le puso una almohada a su pareja en la cara pero que su intención "no fue la de matarlo". "Me sentí como una mierda y tomé todas las pastillas que tenía para mi tratamiento" psiquiátrico, sentenció la imputada, que cuando despertó supuestamente salió de la casa y acudió a una cabina. "Llamé a la Policía y le dije que creía que había matado a mi marido", concluyó.

Al día siguiente, dos de las vecinas de la acusada aseguraron que el día de los hechos escucharon gritos de socorro de un hombre, aunque precisaron que parecían "muy lejanos" por lo que no pudieron confirmar que la llamada de "auxilio" fuera de la víctima.

Una de las vecinas de la procesada aseguró que F.R.M. faltaba al "respeto" en ocasiones por su "fuerte carácter", mientras que el fallecido "era una persona correcta y educada", agregó.

"Aquel día identifiqué la voz bronca de un hombre que pedía socorro y me daba la sensación que procedía del piso de abajo", prosiguió la testigo, quien concluyó que cuando cesaron los gritos escuchaba un ruido "raro" que "parecía que arrastraban a un muerto", aunque --reconoció-- "fue una paranoia" suya.

INFORME DE LA AUTOPSIA.

Los dos médicos forenses que llevaron a cabo el levantamiento del cadáver confirmaron que la víctima tenía en la cara "las marcas de un cojín", lo que explica que "hubo una presión fuerte y continuada" por parte de la supuesta agresora.

Los facultativos explicaron que el cadáver, que estaba en una fase cercana a la "putrefacción", tenía cabellos rubios presuntamente de mujer en una de sus manos, si bien descartaron que observaran restos de semen en el cuerpo de la víctima. Asimismo, apuntaron que había manchas de sangre en varias dependencias del domicilio, por lo que el cadáver "podría haber sido cambiado de sitio".

Por su parte, los médicos que practicaron la autopsia aseveraron que el fallecido "no tenía lesiones procedentes de golpes", pero "los pulmones estaban hinchados como consecuencia de haber muerto por asfixia". "Concluimos que la muerte tuvo lugar por obstrucción de las vías respiratorias en unos cuatro minutos".

LOS HECHOS.

Los hechos que deben probarse en el juicio, que alcanzó hoy su cuarta jornada, son los relacionados con la madrugada del 3 de julio de 2006, cuando la inculpada, según el escrito de acusación del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, se encontraba en una cama de su domicilio junto a la víctima, V.J.A.R., con quien se había casado en el invierno del año 2002.

El Ministerio Público asegura que en un momento de aquella madrugada, la procesada, "con ánimo de acabar con la vida" de su compañero sentimental, le colocó una almohada en la cara, tapándole la nariz y la boca "a la vez que presionaba fuertemente", lo que finalmente provocó la muerte de dicho individuo por "oclusión de las vías respiratorias".