MURCIA, 14 May. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía solicitó 18 meses de multa a razón de seis euros al día para el alcalde de Ojós, Francisco Salinas, y su abogado defensor, José María Caballero, pidió la absolución, en la vista pública que hoy tuvo lugar contra el munícipe por presunto quebrantamiento de la medida cautelar de mantenerse alejado a más de 300 metros e incomunicado de un menor con quien le encontraron a las puertas de un bar de Archena.
El Juzgado de lo Penal número 5 del partido judicial de Murcia decretó hoy ,tras un juicio rápido, visto para sentencia el procedimiento contra el alcalde, quien fue detenido el pasado 10 de marzo, y cuya declaración se aplazó el pasado 18 de marzo por la huelga de los funcionarios de Justicia.
Los hechos se remontan al pasado 18 de octubre, cuando el munícipe fue detenido por la Policía Nacional y su domicilio fue registrado por un presunto delito de corrupción de menores, por el que quedó en libertad con cargos y bajo una medida de alejamiento e incomunicación tras comparecer en el juzgado de guardia número 4 de Murcia.
Fue el pasado día 10 de marzo cuando el primer edil de Ojós fue detenido y pasó a disposición del juzgado número 4 de Molina de Segura, quien se hizo cargo de toda la instrucción del caso relativo a la detención del mismo por quebrantar la orden de alejamiento hacia un menor de edad, a quien encontraron juntos a las puertas de un establecimiento público.
Durante su declaración, Salinas sostuvo que el pasado 10 de marzo recibió una llamada de Francisco Javier G.Y., quien le instó a reunirse con una chica en un bar de Archena para mediar en un conlicto entre vecinos del municipio de Ojós.
Salinas explicó que en el momento de recibir la llamada de Francisco Javier G.Y. se dirigía a Ceutí, y explicó que "sabían que podía mediar en el conflicto", una situación que consideró "habitual", si bien concluyó que el desplazamiento hasta Archena "era excepcional, ya que no tenía pensado ir".
Al dirigirse al lugar del encuentro, Salinas confesó que "al pasar se encontró al chico apoyado en un coche", algo que "no esperaba nunca", y al verlo dijo haberse "sorprendido", momento en el que declaró haber exclamado "qué haces aquí", tal y como recogió el fiscal en la instrucción del caso.
Sin embargo, el Ministerio Público insistió al preguntarle si la exclamación "qué haces aquí, que nos vas a meter en un lío" que recogió el fiscal de instrucción se la dijo al menor, y Salinas sostuvo que con esta exclamación no se dirigió al menor, "fue un acto reflejo" y que "quizá se malinterpretó".
En el instante en el que el alcalde hizo este comentario, declaró que una unidad de la Policía Local de Archena pasó por el lugar y dijo ver que el menor "huía", y consideró "no sé por qué se asustó", algo que achacó "quizá al ver a la policía y saber de la orden de alejamiento".
Uno de los dos policías que participaron en los hechos dijo explicó al juez que al verlos en la puerta del bar "estaban pegados a un coche" y "deduje que estaban hablando". Al comprobar la presencia policial, remarcó que "el menor salió corriendo, fue entonces cuando sospechamos que pasaba algo".
El chico fue interceptado por los policías locales, quienes procedieron a su identificación. "Creo que estaban pidiéndole el Documento Nacional de Identidad", dijo Salinas, quien en ese momento pensó "que si todo el problema era ese, les dije que el carnet lo tenía yo". "La policía me dijo que era un mero trámite", señaló.
Y es que, según Salinas, el padre del menor acudió dos días antes a realizar un trámite administrativo para empadronar a su hijo, para lo cual le confió el carnet. "Portaba el DNI para hacer una fotocopia en Murcia, ya que la máquina del ayuntamiento estaba estropeada", y explicó que se trata de la única que hay en el pueblo.
En el momento en que los policias procedían a la identificación, uno de los agentes declaró que Salinas dijo que el menor era su sobrino, uno de los puntos en los que no concordaron las declaraciones, ya que el alcalde lo desmintió. "Yo les dije que yo iba con mi sobrino", rebatió el munícipe.
Uno de los agentes dijo que conocía al alcalde a través de los medios de comunicación, y cuando acudió a ayudar al menor cuando lo interceptaron "se identificó como el alcalde de Ojós, y cómo sabíamos lo que había hecho, decidimos comprobar por qué el menor tenía miedo".
Después de esto, el alcalde dijo haberse ido al local en el que había quedado para mediar en el conflicto vecinal donde se reunió con una chica y con Francisco Javier G.Y. En este punto vuelven a no coincidir las declaraciones del acusado y de los policías.
Así, los agentes dijeron haber visto entrar a Salinas en el bar "acompañado de otro adulto y dos menores, todos en el mismo grupo". El alcalde, por su parte, aseveró que "no ví al menor dentro del local, estaba oscuro", y descartó "ver nada donde estábamos tomándo café".
Al ser preguntado por su abogado defensor si había tenido contacto con el padre, Salinas dijo que "se dirige a mi y a toda mi familia", y destacó que el progenitor "sabe que el chico va mal en los estudios", y dijo haber tenido que insistir para rechazar la petición del padre para ayudar al menor en los estudios.
El padre, en su declaración, reconoció que le había pedido a Salinas que ayudase a su hijo en los estudios, y admitió que dos días antes de lo sucedido se dirigió al Ayuntamiento de Ojós para empadronar a su hijo y en ese momento dejó su DNI "porque yo estaba trabajando", matizó.
Por su parte, el menor afirmó tener constancia de la orden de alejamiento impuesta a Salinas, y contestó, a preguntas del fiscal, que el alcalde si le había preguntado que qué hacía allí en ese momento, aunque descartó que estuvieran hablando.
"Cuando la policía se fue, yo y mi amigo antramos en el bar, al salir nos dimos cuenta de que salinas estaba allí", dijo el menor, quien defendió que entró en el local él y su amigo "solos".
Por su parte, Francisco Javier G.Y., quien instó al alcalde a reunirse para mediar en el conflicto vecinal, manifestó, en calidad de testigo, que estuvo con el munícipe en la cafetería, y constató la presencia del menor dentro del local aunque descartó que Salinas tuviera conocimiento de que el menor estuviera en el bar.
Por último, el fiscal reconoció que el día de los hechos se produjo un encuentro "casual", pero dijo que el alcalde "en vez de abstenerse de acercarse y marcharse, se acerca al menor infringiendo la resolución judicialy preguntándole 'qué haces aquí'", algo que, a su parecer "implica la infracción de la prohibición".
Para el fiscal, "esto se corrobora con la declaración del menor, en su momento, en sede judicial, cuando dijo que el alcalde le había preguntado", y determinó que en virtud del testimonio de los policias tanto "que goza de credibilidad", tanto el menor como el acusado "se introducen juntos en el bar".
Por su parte, el abogado de la defensa consideró que "hay una proeba que debería estar por encima de otra, que es el sentido común", y dijo que "por muy formal que sea la prohibición de acercamiento, tiene que haber un ánimo de quebrantarla".
En este sentido, defendió que cuando Salinas dijo "qué haces aquí, fue una interjección, una exclamación al encontrarse con el menor".