La Fiscalía pide 121 años de prisión para 'Kantauri' por un atentado contra el cuartel de Llodio (Álava) en 1985

Actualizado: martes, 12 febrero 2008 18:38

MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide 121 años de prisión para el dirigente de ETA José Arizcuren Ruiz, alias 'Kantauri', por su participación en un atentado cometido en mayo de 1985 contra el cuartel de la Guardia Civil en Llodio (Álava). El fiscal Carlos Bautista le acusa de la comisión de un delito de atentado, dos delitos de asesinato frustrado y seis delitos de detención ilegal.

'Kantauri' admitió al inicio de la vista oral que es miembro de la banda terrorista ETA y añadió que no quería 'participar en este teatro'. Sus compañeros de comando Juan Carlos Arruti y José Angel Viguri, que fueron llamados como testigos, se negaron a prestar declaración acogiendo a la doctrina del Supremo que les permite no testificar si ya han sido procesados por los hechos.

Según la Fiscalía, 'Kantauri' planeó, junto al resto de miembros del 'Comando Araba', colocar cajas con artefactos explosivos que habrían de estallar a la hora en la que habitualmente salía una patrulla del cuartel en dirección a la localidad de Areta (Álava), en la madrugada del 1 al 2 de la mayo 1985.

En un caserío cercano, propiedad del ya condenado Angel Viguri, los etarras prepararon tres cajas metálicas en las que introdujeron artefactos de 50 kilos de dinamita 'Goma 2', además de metralla consistente en tornillos destinados a la fijación de traviesas de ferrocarril. Los terroristas permanecieron allí escondidos hasta que dos de ellos --Juan Carlos Arruti y Eusebio Arzalluz, alias 'Paticorto'-- se apoderaron a punta de pistola de un automovil, reteniendo a su propietario contra su voluntad.

Sobre las 10 de la noche del 1 de mayo 'Kantauri' y el resto de integrantes del comando estacionaron el coche a 40 metros del cuartel y dejaron el dispositivo preparado para que explosionara activado por control remoto en el momento en que saliera la patrulla. Durante la espera, irrumpieron en una vivienda y desde allí observaron las salidas del cuartel donde permanecieron hasta pasadas las tres de la madrugada. En este intervalo de tiempo retuvieron al dueño de la casa, su esposa, sus dos hijos y al propietario del coche.

La salida de la patrulla no se produjo pero a pesar de ello, los etarras activaron el mando a distancia e hicieron estallar al observar que un Land Rover del cuerpo de la Guardia Civil hacía maniobras a la puerta del cuartel. La explosión no produjo heridas a ninguno de los ocupantes del vehículo, no obstante la bomba ocasionó importantes destrozos en el cuartel y en los vehículos aparcados en la puerta. El comando abandonó en la casa, tras su huída, una pistola Browning.

El Estado francés concedió a España la extradición de 'Kantauri' por esta causa pero exceptuando los delitos de pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas, tenencia de explosivos, estragos, delitos de utilización ilegítima de vehículo a motor, allanamiento de morada y cinco delitos de coacciones.

HUELLAS DACTILARES Y ADN.

El fiscal indicó durante la vista oral que el ADN localizado en una colillas abandonadas en la vivienda de la familia retenida corresponden con el del dirigente de ETA. Los análisis fueron solicitados por el Ministerio Público años después del suceso.

Además, existe también coincidencia entre las huellas dactilares halladas en los vasos empleados por los miembros del comando durante su estancia en la casa. El matrimonio propietario del piso y el dueño de vehículo robado ratificaron en el juicio, presidido por el juez Fernando Bermúdez de la Fuente, que 'Kantauri' fumó y bebió durante las horas que permaneció observando el cuartel.