SEVILLA, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los médicos forenses que declararon hoy en el juicio contra el individuo de 49 años acusado de robar, violar y asesinar a una anciana de 82 años, en su vivienda de la localidad sevillana de Dos Hermanas, confirmaron que la víctima presentaba lesiones "típicas" de violación y de estrangulamiento.
En la segunda jornada del juicio en la Audiencia Provincial de Sevilla, los peritos que analizaron el cadáver de la anciana ratificaron la existencia de varios hematomas tanto en la cara de la víctima, como en las extremidades y en la zona vaginal, donde además había una "pequeña" hemorragia.
En este sentido, los testigos afirmaron que los hematomas de los brazos son "típicos de una lucha", mientras que las lesiones de la vagina son las propias de una "penetración". Finalmente, apuntaron que el estrangulamiento fue la causa del fallecimiento.
Por otro lado, los dos facultativos que realizaron un informe biológica sobre muestras recogidas de la fallecida indicaron que dicha mujer presentaba piel en una de las uñas de la mano izquierda, cuyo ADN coincide con el del acusado.
El juicio fue aplazado hasta la jornada de mañana porque uno de los testigos, que también vivía en la vivienda de la anciana fallecida, acudió a declarar en calidad de testigo en estado de embriaguez.
"JURO QUE JAMÁS LE PONDRÍA UNA MANO ENCIMA A UNA PERSONA".
Ayer, el procesado juró que "jamás en la vida le pondría una mano encima a una persona" y explicó que cuando sucedieron los hechos llevaba un mes viviendo con la víctima y con otras dos personas pues, según añadió, le daba "pena" y "la ayudaba a comer y a levantarse o acostarse porque estaba incapacitada".
De esta manera, el inculpado, que según dijo padecía adicción "al alcohol y a la cocaína", negó en todo momento que mantuviera contactos sexuales con la víctima. "Sé lo que son las personas mayores porque tuve experiencia con mis padres y jamás le pondría una mano encima a nadie", concluyó.
Posteriormente, uno de los sobrinos de la anciana, que prestó declaración en calidad de testigo, afirmó que su tía, "aunque tenía una pensión de 1.200 euros, gastaba muy rápido el dinero probablemente porque las personas que estaban con ella facilitaban el gasto".
"En el año 2000 vino a buscarme con la cara morada porque le habían dado una paliza y dos meses antes de morir le pasó lo mismo", subrayó el familiar, quien manifestó que "ella se mezcló con ese grupo de personas para huir de la soledad".
Finalmente, aseveró que su tía "tenía bastantes cordones de oro y medallas que le fueron desapareciendo poco a poco. Sólo le quedaba un cordón con la foto de su marido".
Otro de los testigos, el dueño de un bar que el acusado frecuentaba junto con la mujer y el hombre que también vivían en el inmueble de la fallecida indicó que al día siguiente del suceso escuchó a dicha mujer recriminándole al imputado que "la Policía le estaría buscando por haberla matado".
LOS HECHOS.
Según el escrito de acusación provisional del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, el procesado frecuentaba en ocasiones el inmueble de la ahora fallecida, ya que ésta acogía a indigentes y otras personas sin recursos.
En una visita que tuvo lugar el 3 de abril de 2007, el acusado abordó a la víctima "con la intención de dar satisfacción plena a sus instintos sexuales". Así, "tratando de vencer su resistencia inicial la sujetó fuertemente por los brazos y la golpeó en la cabeza reiteradamente", prosigue el fiscal, quien añade que tal forcejo provocó varios hematomas a la anciana.
Posteriormente, el individuo supuestamente "separó las piernas" de la citada mujer y "la penetró vía vaginal". Una vez consumada la agresión sexual, el acusado "agarró por el cuello" a la víctima y "presionó fuertemente con ambas manos, estrangulándola hasta la muerte".
El Ministerio Público considera que los hechos relatados constituyen un delito de violación, por el que reclama una pena de 13 años de cárcel, y un delito de asesinato, por el que solicita 17 años de prisión, mientras que la defensa pide la libre absolución de su cliente.