MADRID 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ratificó hoy la prisión provisional a los dos presuntos islamistas detenidos a principios de este mes en Melilla a la espera de la llegada desde Marruecos de la documentación correspondiente a la petición de extradición cursada por este país, informaron hoy fuentes jurídicas.
El Estado alauí ha reclamado a Alí Aarass y Mohamed El Bay por su presunta colaboración con grupos islamistas radicales. En concreto ambos están acusados de introducir armas en Marruecos procedentes de Bélgica, añadieron las citadas fuentes que especificaron que uno de ellos podría estar relacionado con el atentado cometido en Casablanca el 16 de mayo de 2003.
No obstante, la extradición no podrá ultimarse hasta que otro de los magistrados de la Audiencia Nacional, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, Baltasar Garzón, dé su visto bueno dado que el juez investiga a uno de ellos, Alí Aaress por un delito cometido en territorio español. El marroquí fue detenido hace meses en Melilla en posesión de una pistola, probablemente correspondiente al lote de armas destinadas a su país.
Pedraz ha interrogado, además, a los dos acusados en relación al contenido de los objetos confiscados en los registros domiciliarios entre los que se encuentra documentación variada, libros religiosos y discos duros de ordenadores. El material aún no ha sido analizado en su totalidad motivo por el cual no se descarta la localización de datos que permitan concluir que querían cometer atentados en España.
En caso de que el material no arroje indicios en este sentido y de que el juez Garzón autorice la entrega a Marruecos, el proceso de extradición de Aarass y El Bay continuará por los cauces oficiales habituales.
Aarass, residente en Melilla, era integrante del conocido como 'Movimiento de los Muyahidines en el Magreb' desde 1982 y se le relaciona con los atentados de Casablanca, según informó el Ministerio de Interior.
El otro, Mohamed El Bay, está relacionado con una red terrorista que las autoridades marroquíes desmantelaron el pasado mes de febrero con la detención de más de 30 personas que preparaban atentados en Marruecos. Este último era el encargado de entablar relaciones con contrabandistas de armas asentados en Centroeuropa al objeto de conseguir armamento y material explosivo.
Ambos vivían cerca de la frontera entre Melilla y Marruecos y estaban siendo investigados por las autoridades marroquíes por pertenecer a una red de terrorismo islamista, indicaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
El fiscal general del Tribunal de Apelación de Rabat dictó recientemente sendas órdenes internacionales de detención contra ambos individuos por su pertenencia a una importante red terrorista de ideología 'yihadista' desarticulada el pasado mes de febrero en Marruecos y preparada para llevar a cabo acciones violentas contra intereses gubernamentales en suelo marroquí.
OPERACIÓN INICIADA EN FEBRERO
La operación se inició el pasado mes de febrero cuando las autoridades policiales marroquíes desmantelaron una importante red terrorista de ideología 'yihadista' preparada para llevar a cabo acciones violentas contra intereses gubernamentales en suelo marroquí.
Durante la misma, además de incautarse de diverso armamento, las autoridades marroquíes detuvieron a más de 30 personas, incluido el jefe de la misma Abdelkader Belliraj, residente en Bélgica, desde donde realizaba frecuentes viajes a Marruecos de una duración aproximada de 20 días.
En sus estancias en territorio marroquí, Belliraj mantenía contactos operativos con los miembros de la red desmantelada, que residían en diversas ciudades marroquíes, la mayoría de los cuales pertenecían a la hoy desaparecida organización 'Chabiba Islamiya' (Juventudes Musulmanes).
RED EUROPEA
Las posteriores investigaciones permitieron averiguar que Belliraj era el cerebro de la creación de una red terrorista de "corte" europeo, con idea de permanencia en el tiempo, para realizar acciones terroristas contra personalidades políticas marroquíes y otros objetivos.
Esta operación permitió además la incautación de gran número de armas, entre las que se hallaron fusiles de asalto, pistolas ametralladoras y pistolas semiautomáticas, así como silenciadores, munición y detonadores. El origen de este armamento, introducido clandestinamente en Marruecos, abrió vías de investigación que afectaron a varios países, entre ellos España.
De esta forma y fruto de la colaboración entre las fuerzas de seguridad marroquíes y la Guardia Civil, los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil detectaron e identificaron a las dos personas hoy detenidas en Melilla y que eran objeto de investigación en relación con la red terrorista desarticulada en Marruecos.