El alcalde, del PP, afirma que autorizó el proyecto "en cumplimiento de una ley en vigor", por "sensibilidad" y "la educación recibida"
VALENCIA, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
El municipio de Paterna (Valencia) ubicará en el muro de una caseta del cementerio un memorial en recuerdo de más de 2.000 personas fusiladas al acabar la Guerra Civil, después de que el alcalde de la localidad, Lorenzo Agustí, del Partido Popular, diera el visto bueno en cumplimiento de una ley en vigor", por "sensibilidad" y "la educación recibida".
La presidenta del Fòrum per la Memòria del País Valencià, Empar Salvador, indicó en rueda de prensa que hace alrededor de año y medio redactaron el proyecto de memorial que pretendían hacer y lo entregaron al ayuntamiento, pero, afirmó, "no nos contestaron, hasta ahora, que ha habido cambio en el ayuntamiento", de modo que el popular, al acceder al gobierno, les otorgó todas las autorizaciones precisas.
El alcalde explicó que accedió a la petición "en cumplimiento de una ley en vigor" en referencia a la Ley de Memoria Histórica de España y "por la propia sensibilidad del actual equipo de gobierno del PP" y manifestó que en el municipio se honrará a "todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos por unos u otros motivos: políticos, ideológicos o de creencias religiosas".
Preguntado sobre la posición del PP sobre esta cuestión, el alcalde de Paterna aseguró que no existe "ningun manual escrito" en ningún partido y que las decisiones "tienen que venir marcadas y amparadas en la ley".
En cualquier caso, especificó que es "monárquico convencido" y "demócrata", por lo que se mostró "tolerante con todos los posicionamientos políticos e ideológicos que en democracia pueden existir" y aseguró que no ha recibido hasta la fecha ninguna crítica de su partido.
En su exposición, destacó que "el derecho más valioso que siempre debe preservarse desde cualquier posición personal o institucional es el derecho a la vida", razonamiento que obedece a un "convencimiento personal", a su "propia sensibilidad y la educación que he recibido".
Asimismo, indicó que es importante "hacer un ejercicio de reflexión para valorar en su justa medida la importancia de vivir en democracia, el respeto a los demás, la tolerancia con quien no piensa como nosotros y el ejercicio de la cultura democrática que es el mejor tributo a todas aquellas personas que perdieron su vida en defensa de la libertad o por motivos politicos, ideológicos o religiosos".
A su juicio, el acto de presentación del memorial es "un ejemplo de cultura democrática" y remarcó que "independientemente de la ideología de cada uno hay algo más profundo, que es el respeto a las personas, a su dignidad y a los derechos fundamentales".
Por su parte, Salvador señaló que el memorial es "lo mínimo que se podía pedir", porque la localidad es "uno de los puntos más negros que hay en España de la represión" en cuanto a fusilamientos. Igualmente, afirmó que han pedido financiación al Ministerio de Presidencia acogiéndose a la orden de convocatoria de ayudas de este año para las víctimas de la guerra civil y la represión. Las previsiones son inaugurar el memorial dentro de un año.
El presidente de Acció Cultural del País Valencià, Eliseu Climent, calificó la iniciativa de "acto de justicia" porque, lamentó, "los vencidos ha sido doblemente vencidos por el silencio" y agradeció su actitud al alcalde de Paterna "porque no es fácil encontrar gente con su sentido de diálogo y de justicia".
INSPIRADO EN SANTIAGO DE CHILE
El muro está inspirado en los existentes en Santiago de Chile. Se parte de la idea, sugerida por el Fòrum per la memòria, de ubicar el memorial sobre uno de los muros de las dos casetas existentes a cada lado de la entrada del cementerio.
Las dimensiones del muro son de 10,40 por 3,70 y recogerá datos de 2.238 personas incluyendo nombre, apellidos, edad, fecha de fusilamiento y localidad de procedencia, dejando un espacio por si hay que incorporar nuevos nombres.
El proyecto está apoyado también por la Agrupació de Familiars d'Afussellats a Paterna, la Comissió de la Dignitat, y las organizaciones Sodepau y Entrepobles.
