VALENCIA 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
El piloto del vuelo de Iberia en el que viajaba el nigeriano Osamuyi A., que falleció mientras era deportado a su país en avión, declaró hoy en el juzgado de instrucción número 1 de Elche (Alicante) que la sobrecargo no le informó de nada de lo que ocurría, y que tan sólo le comentó que la víctima estaba "un poco nerviosa", según informó hoy a Europa Press el letrado de la familia, Pedro Víctor de Bernardo.
El piloto estaba citado hoy a prestar declaración junto a otros tres policías, de los que, finalmente, tan sólo acudieron dos, y se está a la espera de localizar al tercero para poder ser interrogado en esta causa, en la que hay dos agentes imputados por un presunto delito de homicidio imprudente.
En su testimonio, el piloto afirmó que no tuvo conocimiento del "revuelo organizado" hasta que, tras despegar, le comunicaron que tenían un problema con el fallecido. Pero incidió en que ni escuchó gritos, ni vio resistencia. Además, tampoco le informó de nada parecido la sobrecargo del vuelo. De lo contrario, destacó que hubiera adoptado otra postura, aterrizando el avión y haciéndoles bajar.
Así, relató que lo "único" que le dijo la sobrecargo fue que la víctima estaba "un poco nerviosa", pero insistió en que desconocía en ese momento el episodio relatado de "forcejeos, gritos y resistencia ante los agentes".
Por su parte, otros dos policías que estaban citados hoy a declarar indicaron que ellos se limitaron a observar lo que estaba ocurriendo y como no precisaron de su ayuda, no intervinieron. Con esta versión, el abogado expuso que contradicen a los policías imputados, quienes aseveraron que ayudaron a reducir a la víctima, a ponerle la mordaza y a atarle las manos.
Osamuyi A. falleció el 9 de junio de 2007 en un vuelo de Iberia cuando era extraditado a su país desde Madrid acusado de delitos como agresión sexual, amenazas y resistencia y desobediencia a la autoridad. A causa de este incidente, el aeroplano tuvo que aterrizar en el aeropuerto de El Altet (Alicante).
Los dos policías encargados del traslado le amordazaron con cinta policial, no adhesiva, sin colocar ningún trapo en el interior de la boca. La intención de los agentes era que la víctima no volviera a morderles, como había hecho poco antes, y para que tampoco se autolesionarse.
Los agentes se percataron entonces de que Osamuyi A. respiraba con dificultad, y le colocaron una mascarilla de oxígeno, mientras preguntaban si entre el pasaje viajaba algún médico, obteniendo una respuesta negativa. Cuando el avión aterrizó en el aeropuerto, una UVI móvil esperaba en la pista, pero los médicos no pudieron hacer nada por recuperarle.