OVIEDO, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía y de la Guardia Civil que detuvieron al hombre acusado de matar a su mujer, Isaura Pascual, en marzo de 2004 en la zona de Bueño (Oviedo) asestándole varias puñaladas y arrojándole una piedra de 15 kilos a la cabeza, señalaron que el procesado "mostraba una tranquilidad sorprendente tras cometer los hechos".
El juicio por el crimen de Bueño continuó hoy, en su segunda sesión, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo con las pruebas testificales de cuatro Policías Nacionales que participaron en la detención del acusado y de tres agentes de la Guardia Civil pertenecientes al cuerpo científico. Ante el juez también declaró el dueño del bar de la zona de El Caleyo donde la víctima y el presunto verdugo tomaron un café antes de que sucedieran los hechos.
Los agentes de la Policía Nacional que llevaron a José Carlos A. B. al lugar de los hechos tras confesar en la Jefatura Superior de Policía de Oviedo, junto a su madre, haber asesinado a su mujer, manifestaron que el cuerpo se encontraba en una zona "prácticamente inaccesible" y que "había signos de lucha".
"Había restos de sangre en la maleza y la yerba se encontraba aplastada debido a que el asesino arrastró el cadáver durante 12 metros", apuntaron los Policías. En el lugar donde fue apuñalada Isaura Pascual se encontró un cuchillo sin mango y su cuerpo, fue localizado "boca a bajo" entre unos arbustos al lado de una piedra "ensangrentada".
Los agentes de Policía que trasladaron al detenido señalaron que durante el trayecto desde la comisaría hasta el lugar de los hechos, José Carlos A. B. aseguró que había matado a su ex pareja "porque la vio con otra persona y eso no lo consentía, lo que le llevó a tomar la decisión de matarla". Uno de los policías afirmó que el acusado le había manifestado que él ya vivía con otra mujer.
"Cuando llegamos al lugar del crimen el acusado sabía perfectamente donde se encontraba el cadáver", apuntó un agente, que añadió que "en ningún momento se sorprendió cuando vio el cuerpo que se encontraba semiescondido entre unos matorrales en una zona de difícil acceso".
"ENSIMISMADO".
Por su parte, agentes de la Guardia Civil destacaron que el cuerpo de la mujer presentaba puñaladas en el cuello y en el abdomen y que había sido golpeada con una "enorme" piedra. Un agente explicó que el acusado, que se encontraba "ensimismado", relató, en el lugar de los hechos, que había matado a su ex pareja "primero con un cuchillo y luego con una piedra". Mas tarde, apuntó el Guardia Civil, en el cuartel "el procesado no se acordaba de nada".
"El acusado cuando se encontraba en el lugar del crimen en el coche patrulla no expresaba ni alegría ni tristeza, permanecía indiferente", apuntó el capitán de la Guardia Civil ante el juez, que añadió que "no se encontraba bajo las influencias del alcohol ni de las drogas".
Agentes de la Policía Científica manifestaron ante el magistrado que el acusado "arrastró el cuerpo" hacia unos arbustos y que allí le "lanzó la piedra a la cabeza". Los agentes señalaron también que había sangre en la ropa del detenido y en su furgoneta y destacaron que tenía una herida en la mano que, según el acusado, "se había producido al coger la roca".
Por su parte, el dueño del bar de El Caleyo que compareció hoy como testigo ante el juez, manifestó que el presunto asesino no se encontraba bajo los efectos del alcohol, y explicó que ambos eran personas "normales" y que habían consumido un café.