El Senado cierra su undécima edición de puertas abiertas con un total de 13.755 visitantes

Actualizado: jueves, 4 diciembre 2008 20:27

MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

La undécima edición de las Jornadas de Puertas Abiertas del Senado ha congregado en la Cámara Alta a un total de 13.755 visitantes. Este año estas jornadas han tenido lugar del 2 al 4 diciembre, y ha sido el miércoles día 3 el de mayor afluencia, con 5.440 visitantes. El día 2 acudieron 3.975, y hoy día 4 4.440.

El presidente del Senado, Javier Rojo, presidió el martes la apertura de las puertas del Senado a los ciudadanos en la undécima edición de estas jornadas que han permitido a miles de personas visitar la Cámara Alta.

Rojo subrayó ante los medios de comunicación que los 30 años que cumple la Constitución deben servir "para recobrar fuerzas y que dentro de otros 30 años vuelvan a decir quienes estén aquí que mereció la pena, y para seguir trabajando para hacer un gran país como el que estamos construyendo entre todos y hacer posible que la convivencia sea el factor determinante que nos mueva".

La novedad de esta nueva edición de las Jornadas de Puertas Abiertas ha sido que el Senado alberga una exposición organizada por el Parlamento Vasco sobre las víctimas del terrorismo, para que el visitante asuma, según Rojo, que el terrorismo "nunca debió pasar pero pasó", que se conmueva ante las víctimas y reconozca su "dignidad".

VISITA Y RECUERDOS

La visita de este año comenzaba con la entrada al Palacio por la 'Puerta del Rey'. Desde allí se inicia un recorrido que incluye, entre otras dependencias, el Antiguo Salón de Sesiones, los 'Despachos de honor' de la Presidencia, el Salón de Pasos Perdidos, la Sala de Tapices y la Biblioteca.

En el edificio de ampliación, se ha podido visitar el hemiciclo, lugar de celebración de las sesiones plenarias, y la Sala Internacional, en la que se proyecta el audiovisual 'El Senado hoy', con imágenes sobre su funcionamiento y de algunos de los actos más relevantes celebrados en la Cámara. Los visitantes abandonaban el edificio por la puerta de la calle Bailén, donde se les daba un obsequio y podían también comprar un recuerdo.