LONDRES 15 May. (Del enviado especial de EUROPA PRESS, Marc Colomer) -
El vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, opinó hoy que el hecho de que la prensa internacional informara de la llegada de barcos cargados de agua para abastecer al área de Barcelona no perjudicará a la imagen exterior de la ciudad ni al atractivo turístico de la misma.
En declaraciones a los periodistas al visitar la Delegación del Gobierno catalán en Londres, opinó que Cataluña debe dar la "buena imagen positiva" que tiene, y que hace que "cada año la visiten 23 millones de turistas" que no la visitarían Barcelona y Cataluña "si no fueran atractivas y si no ofrecieran unas condiciones de calidad".
Defendió una vez más las medidas excepcionales para hacer frente a la sequía pese a que siga lloviendo: "Lo que no se puede esperar es a pensar, imaginar y encontrar las soluciones cuando ya haya el problema, por lo que debemos avanzarnos".
"Ojalá que continúe lloviendo, que los pantanos se llenen, y si esto es así no serán necesarias medidas excepcionales", manifestó, pese a que "los gobiernos responsables son los que se anticipan a los posibles problemas y buscan y encuentran las soluciones". "Si después no se deben utilizar, mejor, pero deben estar previstas antes", dijo.
CRÍTICA A LOS MEDIOS EXTRANJEROS.
Para Carod, "muchas veces se habla de Cataluña con unos términos y análisis que no se corresponden con lo que realmente es Cataluña", y defendió que la apertura de delegaciones del Gobierno catalán en el extranjero contribuirán a corregir esta situación porque serán un "hilo directo" de la prensa internacional con la Generalitat.
"Muchas veces las informaciones sobre Cataluña son vehiculadas a través de los corresponsales extranjeros en Madrid, de manera que la visión que se da no siempre es la más ajustada a la realidad", criticó.
Carod lo dijo después de que varios periódicos internacionales publicaran ayer la noticia de la llegada de barcos cargados de agua a Barcelona y dieran un trato a la información que molestó al Ayuntamiento de la capital catalana, al considerar que se "desprestigiaba" a la ciudad.