Actualizado 17/12/2008 20:33

Crónica CIA.- El autor del informe secreto confirma que el Gobierno dio luz verde a EE.UU. para los vuelos de la CIA

- Coincide con Moratinos al asegurar que las escalas de los vuelos de la CIA no se produjeron "en ningún momento" pese a estar aprobadas

MADRID, 17 Dic. (OTR/PRESS) -

El autor del informe secreto en el que se ponía al corriente al Gobierno del PP del uso de los aeropuertos españoles por parte de la CIA para el traslado de presos a Guantánamo (Cuba) Miguel Ángel de Cárcer, explicó hoy en la Audiencia Nacional que él trasladó la petición realizada por la Embajada de EE.UU. al ministro de Exteriores, entonces Josep Piqué. Aunque no recuerda "cómo se trasladó la respuesta", sí que cree que el Ejecutivo de José María Aznar contestó "afirmativamente", aunque, como dijo recientemente el jefe de la Diplomacia, Miguel Angel Moratinos, dichas escalas no se produjeron "en ningún momento".

El ex director general de Política Exterior para América del Norte, Seguridad y Desarme, compareció hoy ante el juez de Instrucción número 2, Ismael Moreno, dentro de la causa que éste dirige para determinar si los vuelos militares y de la CIA que trasladaban presos de Al-Qaeda pudieron realizar escalas en territorio español. "Fue una decisión política, aunque no sé quién o cómo decidió la contestación ni quién la autorizó ni cómo se gestó la decisión concreta", señaló De Cárcer, cuya declaración se prolongó durante casi dos horas.

El testigo explicó que la petición para realizar vuelos en casos de emergencia se efectuó de forma "oral" por parte de "un consejero" de la Embajada norteamericana con el que había tratado anteriormente, aunque aseguró no recordar su nombre. Señaló que esta forma de actuar "no es excepcional y más dadas las circunstancias de ese tiempo". Entonces, según su relato, se dirigió al entonces ministro de Asuntos Exteriores, al considerar que se trataba de una decisión que no era "de carácter técnico-militar" sino que tenía "un carácter político referido al Convenio Exterior para Política de Defensa".

Aguirre de Cárcer reconoció haber redactado el informe el 10 de enero de 2002 y señaló que se lo entregó "en mano" al entonces secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal, para que "lo despachara con el ministro". Al día siguiente, remitió una nota de la copia informativa sobre este asunto al secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez Ugarte. Además, habló con el entonces director del departamento de Internacional y Seguridad de la Presidencia del Gobierno, Ramón Gil Casares, porque el asunto "involucraba a dos ministerios".

RESPUESTA AFIRMATIVA

El 11 de enero de 2002 Nadal le comentó que "se iba a contestar afirmativamente" a la petición de EE.UU., pero, como la respuesta no le correspondía a él porque se tomaba "en las instancias políticas", De Cárcer dijo no saber "si la decisión la tomó el ministro de Asuntos Exteriores". "Hace varios años de los hechos", se justificó. En cualquier caso, señaló que "no se presentó ocasión de que se produjera ninguna escala ni siquiera en caso de emergencia", ni en "ningún momento" se le comunicó la existencia de una situación de estas características, tal y como indicó la semana pasada Moratinos.

A pesar de ello, reconoció tener constancia que desde enero de 2002 cuatro aviones C-17 norteamericanos permanecieron estacionados en la base de Morón de la Frontera (Sevilla) pero que podrían "servir de reserva" en caso de emergencia, extremo que en todo caso no le consta con seguridad. Además, aseguró que la Embajada de EE.UU. le comunicó de forma directa que el traslado de prisioneros desde Afganistán a Guantánamo iba a realizarse "sin escalas". "Entre estados aliados se entiende que ninguno de ellos va a realizar una actuación que incumpla lo acordado", dijo.

Del mismo modo, justificó el carácter "muy secreto" que atribuyó al documento argumentando que la información sobre el traslado de prisioneros "no era en ese momento de conocimiento público". Preguntado por uno de los abogados que ejercen la acusación popular en la causa si conocía las condiciones a las que iban a ser sometidos los prisioneros trasladados, se limitó a decir que "no se interesó por eso" porque, según argumentó, él no es "jurista sino diplomático". Lo único que sabía, según explicó, es que eran "talibanes de Al-Qaeda".

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