Actualizado 12/06/2008 21:19

Crónica Educación.- El énfasis emocional en la escuela fabrica estudiantes incapaces, según un estudio británico

- Centrarse en expresar sus sentimientos impide que aprendan a resolver sus propios problemas en un futuro

LONDRES, 12 Jun. (OTR/PRESS) -

Dar prioridad en los colegios a que los niños aprendan a expresar sus emociones creyendo que esto es algo bueno para su desarrollo puede tener secuelas perniciosas en su formación. Un equipo de sociólogos británicos ha plasmado en un libro que los efectos que en realidad se derivan de esta práctica crean jóvenes incapaces de razonar y de resolver sus propios problemas en el futuro.

"Convertir la enseñanza en terapia está destruyendo las mentes de los niños, los jóvenes y los adultos". Dennis Hayes, de la Oxford Brookes University lo tiene claro, la aproximación de la enseñanza a la terapia emocional "promueve la idea de que somos individuos emocionales y vulnerables. Es un ataque a nuestro potencial humano".

Así lo ha plasmado en el libro 'The Dangerous Rise of Therapeutic Education', escrito junto a Kathryn Ecclestone, de la Oxford Brookes University; Frank Furedi, catedrático de Sociología de la University College London y Anthony Seldon, de la Wellington College in Bershire, y que se publicará el próximo 14 de julio. En él, detallan cómo la implicación emocional de los alumnos en la enseñanza acaba pasando factura en su capacidad para razonar y desenvolverse en la vida.

De hecho, los autores del libro consideran que ayudar a los jóvenes a fortalecer su autoestima y a aprender a expresar sus sentimientos en los colegios e institutos les infantiliza y destruye su capacidad crítica y fluidez al razonar puesto que asocian que su desarrollo emocional es más importante que estas cuestiones.

Por tanto, atendiendo a las conclusiones de estos autores, una actitud excesivamente sentimental acabaría minando las capacidades racionales de la persona con las consecuencias negativas que ello conlleva. Por ello, estos autores han puesto el acento sobre una tendencia cada vez más mayoritaria en los colegios de muchos países para aumentar la motivación de los alumnos. Sin embargo, según una información de Times on line, recogida por otr/press, esta prioridad de las emociones "eclipsa" a la enseñanza y, por tanto, al aprendizaje.

JÓVENES INCOMPETENTES

Para llegar a las conclusiones que han plasmado en este libro, sus autores han recogido una serie de actitudes desarrolladas en muchos colegios por parte de los profesores. Una de ellas, señalan, la protagonizó un niño de primaria al que, aun presentando un estado de inmensa felicidad porque el pequeño iba a recibir un regalo en McDonald's, su profesor intentaba sonsacarle sentimientos negativos preguntándole si realmente no había nada que le preocupara.

Así, a través de estas actitudes, los niños se vuelven vulnerables y aprenden a utilizar sus problemas para conseguir resultados. En este sentido, el libro resalta el ejemplo de la dislexia, un trastorno que hasta hace poco era ocultado por los alumnos que lo padecían, mientras que ahora este tipo de dificultades se presentan como "una insignia de honor".

De esta forma, según incidió John Foreman, los estudiantes no son "tan competentes y robustos" como antes, lo que les impide a resolver sus problemas por sí solos.

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