Actualizado 09/06/2008 20:07

Crónica EE.UU.- Richardson confía que el nuevo inquilino de la Casa Blanca haga de España "uno de sus mayores aliados"

- Blanco, Moratinos, Zapatero y el Rey, interlocutores del hispano gobernador de Nuevo México en su visita

MADRID, 9 Jun. (OTR/PRESS) -

El gobernador del estado norteamericano de Nuevo México y líder de la minoría hispana, Bill Richardson, cuyo nombre suena como posible vicepresidente del candidato demócrata, Barack Obama, mantuvo hoy una intensa jornada de encuentros durante su visita a España. Las reuniones con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, precedieron a las previstas por la tarde con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el Rey. Durante la jornada, Richardson defendió potenciar las relaciones Washington-Madrid ya que, a su juicio, España debería ser "uno de los mayores aliados" de Estados Unidos. En materia internacional, el gobernador abogó por el diálogo con países como Irán y Venezuela.

Tras la reciente visita a Madrid del senador y ex aspirante demócrata a la carrera presidencial John Edwards y las últimas declaraciones de Obama, partidario de un acercamiento con España si llega a la Casa Blanca, el viaje de Richardson ha vuelto a poner de manifiesto que España debería ser visto, a su juicio, como "un poderoso actor en Europa". El gobernador de Nuevo México señaló que "Estados Unidos y España han sido países amigos, aliados, con nexos políticos, culturales, militares", y por ello, "la comunidad hispana debe ver a España como la madre patria". Richardson, representante de esta comunidad, mostró su confianza en un desayuno informativo en la Casa de América en que "el nuevo gobierno reconozca que España es uno de sus mayores aliados".

En este sentido, junto a Moratinos, analizó las posibilidades de inversión en Nuevo México para las empresas españolas, especialmente en el sector de las energías renovables. El jefe de la Diplomacia comentó con Richardson la necesidad de seguir trabajando en materias de interés común y puntualizó, en un comunicado, que las relaciones bilaterales "ocupan y seguirán ocupando un lugar prioritario en la agenda de la política exterior española".

'VICEPRESIDENCIABLE'

El nombre de Richardson es uno de los que suenan como hipotéticos candidatos a vicepresidentes en el equipo de Obama, junto con Edwards, que ya ha expresado su escaso interés por el cargo, y la senadora Hillary Clinton, que el sábado se puso del lado del 'Yes, We Can'. Precisamente Richardson en un principio intentó optar a la candidatura a la Presidencia, pero terminó presentando su retirada en las primarias antes de tiempo para manifestar su apoyo por Obama.

Su apuesta por el político afroamericano, según reconoció hoy, originó irritó en un primer momento al ex presidente Bill Clinton, quien fuese su 'jefe' durante su época de secretario de Energía. Richardson confesó que el marido de la senadora "se enfadó mucho", pero él justificó su respaldo al ya virtual elegido al verle como un aspirante "diferente" que puede llevar a la reconciliación del país.

En cualquier caso, la decisión final de a quién lleva de 'número dos' corresponde a Obama y, para adoptarla, deberá buscar una persona preparada para ocupar la jefatura del Estado en caso de que le ocurriese algo al inquilino de la Casa Blanca, según Richardson. Además, en su opinión, deberá contar con "requisitos en el área de la seguridad nacional" y contar con el suficiente arrastre para ayudar al candidato a ganar las elecciones de noviembre.

RETOS DE FUTURO

Respecto a la política exterior, Richardson emplazó a quien salga vencedor de los comicios a establecer un "nuevo realismo ético" en este aspecto, para entender "la importancia de la diplomacia y la cooperación internacional". En este sentido, defendió tratar a los "adversarios" mediante las conversaciones, para lo cual propuso diálogos con Irán, Corea del Norte, Venezuela y Cuba. "Diplomacia firme y disciplinada con un presidente que contacte con el resto del mundo", resumió.

En cuanto a los nuevos retos que habrá de afrontar la futura Administración, Richardson resaltó la necesidad de una reforma migratoria "integral, pero también justa". A su juicio, es "imposible deportar a 12 millones de personas", por lo que apostó por desplegar una mayor seguridad en la frontera y por la legalización de los indocumentados. Además, el gobernador también aludió al cambio climático o el aumento del precio del petróleo y de los alimentos, defendiendo entre otras medidas la adhesión de Washington al Protocolo de Kioto y el Tribunal Penal Internacional.

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