- De la Vega reitera que "nadie va a admitir que desde los púlpitos se trate de condicionar la política"
MADRID, 14 Ene. (OTR/PRESS) -
El embajador de España en el Vaticano, Francisco Vázquez, ha abierto una brecha en la ofensiva unánime que desde el PSOE y el Gobierno se ha lanzado en respuesta a la manifestación 'Por la Familia Cristiana' celebrada el pasado 30 de diciembre. Según el diplomático, esa concentración recibió una "respuesta desmesurada por sectores empeñados en una cruzada anti-Iglesia" y que algunas manifestaciones, como la del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, fueron fruto de "un calentón". Por su parte, la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, reiteró hoy que "nadie va a admitir que desde los púlpitos se trate de condicionar la política".
Francisco Vázquez, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Otr/press, consideró que hubo ciertas declaraciones de dirigentes del PSOE, como las del número dos de los socialistas, tras la concentración del 30 de diciembre que fueron fruto de "un calentón" y de "excesos verbales". Después de aquel acto en Madrid, José Blanco llegó a decir que le gustaría que el Papa le explicara su concepto de familia tradicional, porque "igual entiende por familia tradicional que la mujer se quede en casa y con la pata quebrada", al tiempo que consideró que a "algunos miembros" de la jerarquía eclesiástica "no les vendría mal" evolucionar.
El embajador se definió a sí mismo como "una persona moderada", pero dejó claro que "las expresiones políticas que en aquel acto se dijeron, requerían una respuesta política". De hecho, Vázquez recordó que hizo una declaración diciendo que en la concentración de Madrid se "deslizaron argumentos más propios de un mitin político, sobre todo porque estamos a dos meses de las elecciones y eso es algo que no podemos tapar ni ocultar". "Hubo excesos, después hubo excesos intencionados en la respuesta a aquel acto, porque hay sectores y personas con nombres y apellido concretos que están empeñados desde hace tiempo en una cruzada anti-Iglesia, que intenta relegarla a una oposición de silencio", señaló.
Además, calificó el acto de "inoportuno tanto por el escenario como por la forma en que se montó", ya que a dos meses de las elecciones generales "todo pasa por el filtro electoral". "No creo que sea voluntad de nadie que esto sea un tema electoral", añadió Vázquez, que aseguró que, a su juicio, el Gobierno no caerá en el "error" de que este "incidente", pueda "ocultar el esfuerzo de diálogo o los acuerdos importantes que en los últimos tres años se han conseguido con la Iglesia".
CONDICIONAR LA POLÍTICA
Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno explicó que durante la legislatura "ha habido un avance importante en la separación de lo que corresponde al Estado y lo que corresponde a la Iglesia". "Hay una ausencia de influencia religiosa en todas las instituciones políticas", remarcó en declaraciones a la SER De la Vega, que aseguró que la intención del Gobierno es "seguir avanzando en promover esa autonomía y exigir el respeto del cumplimiento de las funciones en el ámbito de cada uno de los poderes del Estado y de lo que es la Iglesia Católica". "Nadie va a admitir que desde los púlpitos se trate de condicionar la política", sentenció.
Y es que, para la vicepresidenta, la jerarquía católica "ha realizado valoraciones con determinadas manifestaciones los últimos días que han excedido su ámbito de funcionamiento". "Han dicho cosas, además, que no responden a la verdad y han faltado al respeto a instituciones democráticas como son el Gobierno y el Parlamento", apuntó. En todo caso, aseguró que no está en la agenda revisar los acuerdos con la Santa Sede, al considerar que "no es un asunto prioritario". "Lo importante es que funcionen las relaciones, que vayamos avanzando como hemos avanzando en temas importantes como la autofinanciación de la Iglesia", apuntó.