Defensor del Pueblo y Sindic de Greuges investigan la fuga radiactiva en Ascó
- Los ecologistas exigen el cierre de la central nuclear
TARRAGONA, 17 Abr. (OTR/PRESS) -
Ante la posibilidad de que los visitantes de la planta nuclear Ascó I pudieran verse afectados por la fuga que la central sufrió el pasado mes de noviembre, tanto la Oficina del Defensor del Pueblo, como su análogo en Cataluña, el Sindic de Greuges han abierto sendas actuaciones de oficio para buscar responsabilidades. Por su parte, las entidades ecologistas catalanas quieren medidas más drásticas y exigen que se cierre la central nuclear y que se le retire la licencia de explotación, al considerar que se trata de un suceso "importante" que merece una fuerte sanción.
Para llevar a cabo la investigación, el Sindic catalán Rafael Ribó solicitó información a las consellerías de Medio Ambiente, Salud, Educación y Economía y Finanzas de la Generalitat, para que así como los ayuntamientos cercanos a la central, el de Ascó, Vinebre, La torre de l'Español y García, puedan valorar las posibles diferencias entre los informes que se les facilitó anteriormente sobre el incidente.
De esta manera, el objetivo del defensor del Pueblo catalán es dar garantía de la defensa de los derechos de los trabajadores, las personas que visitaron la central posteriormente (se sabe que hasta seis escuelas lo hicieron) y de los vecinos de la zona. Además de ayudar a encontrar vías de colaboración entre las administraciones afectadas en situaciones similares.
Para ello, señaló, preguntará al Defensor del Pueblo, ya que la seguridad nuclear es competencia estatal, si tiene previsto iniciar una actuación de oficio por este suceso y, en caso de no ser así, le sugiere hacerlo. De momento, desde esta oficina que dirige Enrique Múgica se anunciaba esta tarde la puesta en marcha de investigación informativa sobre el suceso y ha pedido al CSN la remisión urgente de un informe con descripción de los hechos, medidas adoptadas y responsabilidades y posibles sanciones.
Por el momento, y para protección de los visitantes que en el periodo posteior a la fuga de noviembre estuvieron en la central, una unidad móvil de Ascó se desplazará a una de las escuelas que estuvieron en la central, el Colegio Maristes de Girona, para que se le realicen revisiones a los 44 alumnos que podrían estar expuestos a una contaminación. Según explicó hoy el director del centro escolar, Robert Serra, que hoy se reunía con los padres de los menores, "no es necesario" pasar el trámite, aunque consideró que era "lo mejor" para tranquilizar a todos.
"Estamos tranquilos, ningún alumno o profesor ha sufrido nada de nada desde la visita", comentó Serra, aunque criticó que si la planta conocía el suceso no "tenían que haber dejado que fueran" los alumnos. Por último señaló que su única voluntas es que todo esto termine cuanto antes para poder "continuar" con la vida "normal" del colegio.
CIERRE DE LA PLANTA
Mientras, las entidades ecologistas catalanas como el Gepec, Ecologistas en Acción y Ecologistas de Catalunya (EdC) reclamaron hoy que se clausure y se le retire la licencia de explotación a la central nuclear de Ascó I tras el escape radioactivo. Según apuntó Ecologistas en Acción en un comunicado, el conseller de Política Territorial de la Generalitat, Joaquim Nadal, quien ya declaró que el incidente carecía de importancia, "debería salir ahora diciendo que han engañado al Govern y que, al menos, tomará todas las medidas necesarias para que esta planta atómica no vuelva a funcionar".
Según los ecologistas, el suceso debe ser declarado de Nivel III, a pesar de que el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) ya lo había elevado al II, pero, dicen que se trata de un "incidente importante", incluso similar al ocurrido en 1989, por el que se decretó la clausura de Vandellòs I. Además, el grupo apuntó que será necesario depurar más responsabilidades en la central tras el cese del hasta ahora director de la planta, Rafael Gasca, y del jefe del Servicio de Protección Radiológica, Francesc González Tardiu, y apostó por que se le imponga una "sanción ejemplar".
En este sentido, el alcalde de Ascó, Rafael Vidal, quien también es vicepresidente de la Asociación de Municipios con Centrales Nucleares, apunto que la decisión de cesar a Gasca es una "respuesta muy dura y contundente" ya que, a su juicio, las partículas vertidas al exterior durante el escape fueron "nulas e insignificantes". Tras esto añadió que en su municipio hay "tranquilidad".