- Blanco le pedirá al PP que ceda un puesto en la Mesa del Congreso para dar entrada tanto a los convergentes como a PNV
MADRID, 25 Mar. (OTR/PRESS) -
El PSOE ya ha comenzado su ronda de conversaciones para cerrar la composición del Congreso de los Diputados y el Senado y, en su primera reunión con los representantes de CiU, se ha encontrado con el primer escollo. Los nacionalistas catalanes se resisten a aceptar que el ex ministro de Defensa José Bono sea el presidente de la Cámara Baja, después de haber demostrado en diversas ocasiones su marcado talante poco amable con los nacionalistas. Además, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, afrontará el jueves otra difícil misión: convencer al PP de que ceda uno de sus puestos en la Mesa del Congreso para que tanto CiU como PNV tengan cabida en el órgano de gobierno de la Cámara Baja.
La candidatura de José Bono a la Presidencia del Congreso fue anunciada por el propio presidente del Gobierno hace meses, y estaba destinada a ser un punto de desencuentro entre el PSOE y sus necesarios aliados nacionalistas. El cabeza de lista por Toledo ha protagonizado sonoros episodios por sus críticas a los nacionalistas y ayer mismo aseguró, en referencia a estos, que "a quienes quieren exclusividad de lo diferente para forjar privilegios, yo les atizaría con la guía de teléfonos". A pocas horas de iniciarse las negociaciones con CiU y PNV, el actual portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, trató de suavizar las palabras de Bono y aseguró que "ha hablado desde un punto de vista metafórico".
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, que se reunió hoy con Blanco en la primera ronda de contactos, no ocultó que la diferencia en torno a la candidatura de Bono es "no poco importante". "No hemos cerrado al respecto ningún acuerdo, el PSOE requiere el voto favorable al señor Bono y CiU muestra por razones conocidas sus reservas a este voto positivo", señaló Duran, que aclaró que el próximo lunes, tras la reunión de la Permanente de CiU trasladarán al PSOE su postura definitiva sobre este asunto. Además, señaló que aunque Bono, para los socialistas, "va unido a la negociación de las mesas", CiU considera que "no es una cuestión de contrapartidas", sino una "cuestión de posición política".
A pesar de este punto de discrepancia, Duran valor "positivamente" el clima de la reunión con Blanco y, aunque no se cerró ningún acuerdo en torno a la composición de los órganos de gobierno de ambas cámaras, CiU entiende que "están bien enfocados". "En cualquiera de los casos la pretensión de repetir sus puestos de responsabilidad nos da la impresión de que podrán ser atendidas por parte del PSOE", aseguró Duran i Lleida, que confirmó que reclamó a Blanco la presencia institucional que tenía CiU en la anterior legislatura: una Vicepresidencia en la Mesa del Congreso y una Secretaría en la del Senado, además de la Presidencia de tres comisiones parlamentarias, dos en la Cámara Baja -incluyendo la de Exteriores- y otra en la Alta.
NEGOCIACIÓN CON EL PP
"Por supuesto, CiU aspira todavía a más y en función de cómo vayan las cosas de cara al debate de investidura pudiera plantearse alguna que otra Presidencia de Comisión, pero eso está ligado por supuesto a cómo se planteen las cosas en el debate de investidura, que al respecto no ha habido todavía ninguna conversación y mucho menos acuerdo", señaló Duran i Lleida, que dejó claro que sobre la investidura no se habló en la reunión. Mañana, Blanco también se enfrentará a las exigencias de ERC, cuyo representante en Madrid, Joan Ridao, confirmó hoy que pedirá para apoyar la investidura de Zapatero la publicación de las balanzas fiscales, una financiación autonómica "justa", el cumplimiento del Estatut y un paquete de medidas sociales.
Pero más complicada será la cita del jueves con el todavía portavoz del PP, Eduardo Zaplana, al que quiere solicitar que su partido ceda un puesto en la Mesa del Congreso para dar entrada a las formaciones minoritarias y reflejar así la pluralidad de la Cámara. De los nueve puestos de la Mesa de la Cámara Baja, el PP aspira a conservar los cuatro asientos que tuvieron en la pasada legislatura (dos Vicepresidencias y dos Secretarías), máxime cuando entonces tenían 148 diputados y ahora han alcanzado los 154 escaños. Mientras, los socialistas consideran que la Mesa del Congreso debe reflejar la pluralidad y para ello sólo han presentado cuatro candidatos de los cinco que podrían obtener con sus 169 diputados.
El PSOE confía en que si el PP cede también uno de los suyos, los grupos parlamentarios de CiU y PNV podrían tener un representante cada uno en este órgano.