Actualizado 03/07/2008 21:29

Crónica Suceso.- Condenada a 144 años de cárcel la mujer que asesinó a tres ancianas en Barcelona

- Actuaba con gran violencia y despreciaba totalmente la vida de sus víctimas

BARCELONA, 3 Jul. (OTR/PRESS) -

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 144 años, cinco meses y 29 días de prisión a la mujer que asesinó y robó a tres ancianas e intentó matar a otras cuatro en Barcelona, entre junio y julio de 2006. Especialmente violenta, la condenada Remedios S.S. buscaba a víctimas mayores y especialmente débiles para poder acabar con ellas con facilidad y así poder robarles.

La Sección Séptima ha considerado que había suficientes pruebas para condenar a Remedios, gallega de 50 años que asesinó a tres ancianas e intentó matar a otras cuatro en Barcelona. Varias victimas supervivientes del ataque y testigos no dudaron en señalar a la acusada como la autora de los asaltos, pese a su cambio de aspecto.

El tribunal declaró que la procesada atacaba con gran agresividad a mujeres especialmente vulnerables, que elegía según su edad y estado físico para que sus posibilidades de defensa fueran nulas, y así le fuera más fácil acabar con ellas. Tras ganarse su confianza con diversas argucias, les atacaba con una violencia mortal, para robarles sus pertenencias, despreciando totalmente la vida de sus víctimas. El tribunal también elogia la labor de los Mossos d'Escuadra que permitió identificar y detener a la autora de los crímenes.

Aparte de los 144 años de cárcel a los que fue condenada, de los que según el Código Penal sólo podrá cumplir 25, Remedios también deberá indemnizar a sus víctimas y familiares con un total de 441.130 euros. Estas compensaciones oscilan entre los 6.900 y los 120.780 euros, además de tener que pagar una multa de 360 euros por un hurto.

ATAQUES SIN ESCRÚPULOS

Tras ganarse la confianza de las víctimas, haciéndose pasar por una vecina en la mayoría de los casos, y cuando lograba entrar en casa de las ancianas les atacaba sin miramientos. Utilizaba para ellos cuchillos, trapos, toallas o su propio cuerpo, de una gran fortaleza. Tras matarlas o dejarlas inconscientes, procedía a robarles joyas, dinero y otros enseres de valor, para después irse tranquilamente. De hecho, tras perpetrar su último ataque, se fue a jugar a un bingo cercano a la vivienda de su víctima, y que estaba pegado a una comisaría de Policía.

Sólo una vez no pudo perpetrar su ataque, pues apareció el marido de su posible víctima mientras ella estaba escondida esperando el momento preciso para actuar. Debido a que no llego a producirse la agresión la Audiencia no haya podido condenarle por otro delito con violencia más, pues aunque estaba perpetrado, no fue llevado a cabo.