- Un comandante asegura que el ex ministro "nunca ha dicho la verdad" sobre el siniestro y que "mintió desde el principio"
MADRID, 13 Feb. (OTR/PRESS) -
El Yakovlev-42, el avión que se estrelló en Turquía el 26 de mayo de 2003 con 62 militares españoles a bordo era un avión "excelente" que ocupaba el tercer puesto en el ránking mundial de seguridad. Así lo aseguraron hoy los tres altos mandos del Ministerio de Defensa que comparecieron ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, que defendieron la contratación del aparato y afirmaron no haber recibido ninguna queja sobre la contratación del avión en ningún momento. Mientras, un comandante declaraba a los medios de comunicación a las puertas del tribunal que el ex ministro de Defensa Federico Trillo "nunca ha dicho la verdad" sobre este caso y que "mintió desde el principio".
El primero en declarar fue el jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME) en 2003, general Luis Alejandre. Según fuentes jurídicas, el militar confirmó que había recibido el informe elaborado por el teniente coronel Marino en el que se recomendaba no volver a utilizar aviones de carga de la antigua URSS para trasladar pasajeros. Agregó que el documento fue remitido al Estado Mayor Conjunto (EMACON), el órgano encargado de las operaciones en el exterior y su apoyo logístico. Otras fuentes jurídicas presentes en la declaración señalaron que Alejandre se limitó a afirmar que "no sabía nada" sobre quejas relacionadas con irregularidades en los vuelos de traslado de tropas.
El segundo en prestar declaración fue el teniente coronel Marino, quien ratificó el contenido de su informe, en el que denunciaba las condiciones de dos vuelos de aviones de carga Ilyushin 76 por las ruedas desgastadas y el anclaje de la carga, y recomendaba que se dejaran de contratar aviones de transporte para los despliegues de personal. Por su parte, el teniente general Juan Luis Ibarreta confirmó que sólo recibió cuatro quejas, no relacionadas con seguridad sino con "incomodidades", y que una de ellas era responsabilidad española porque la aeronave trasladó finalmente más pasajeros de los previstos por decisión española.
Mientras dentro declaraban los tres altos mandos, el comandante Antonio Bedada, citado a declarar como testigo en el caso reabierto, explicó a los periodistas congregados a las puertas de la Audiencia Nacional que recibió, antes del accidente, un correo del comandante Ripollés, muerto en el siniestro, en el que le advertía que volaban con aviones contratados a "piratas aéreos". "Trillo nunca ha dicho la verdad", exclamó el militar, ahora retirado y que finalmente declarará el lunes 18, que aseguró que el ex ministro "mintió desde el principio" y "nunca defendió a los militares". "Ya es hora de que diga la verdad, se ha escudado siempre en terceras personas", subrayó, instando a Trillo a declarar.
COMPARECENCIA DE TRILLO
Precisamente, ésta es una de las exigencias de la Asociación de Familias Afectadas por el Accidente Aéreo del Yak-42, cuyo presidente, Pacho González Castilla, señaló que sólo reclaman "una investigación amplia, rigurosa y lo más objetiva posible". Antes comenzaran los testimonios de los mandos militares, Castilla afirmó en las puertas de la Audiencia Nacional de que los familiares esperan que "de una vez por todas" se investiguen el accidente y que se sepa "exactamente" qué ocurrió y "quién tiene la responsabilidad", pues los 62 muertos "merecen un acto de justicia" y sus mandos tiene ahora la responsabilidad de brindárselo y "no dejarlos solos una vez más".
Tras considerar "conveniente" que esta causa, la de la contratación de la aeronave, se vea "como un acto de justicia y no como política", reclamó la colaboración de todos para esclarecer los hechos y recalcó que "ya está bien" de utilización política de este asunto. González Castilla reclamó que Federico Trillo declare en la causa en persona y no por escrito y recordó que en su libro sobre su experiencia al frente del Ministerio de Defensa se mostró partidario de explicar "la verdad" sobre lo sucedido. A su juicio, debe ser "el primer interesado como jefe de los militares fallecidos".