Publicado 06/12/2013 12:00

Escaño Cero.- 35 años después

MADRID, 6 Dic. (OTR/PRESS) -

Si echo la vista atrás y pienso en aquel 6 de diciembre de hace treinta y cinco años cuando se aprobó la Constitución no puedo dejar de sentir cierta emoción. Por fin teníamos una Constitución que nos devolvía la condición de ciudadanos, que nos garantizaba derechos y libertades.

Treinta y cinco años después hay quienes están empeñados en volar aquel consenso constitucional, lo peor es que quienes pretenden hacerlo fueron importantes protagonistas en su día del consenso en torno a la Carta Magna, me refiero a CiU y también al PNV, que como recuerda Alfonso Guerra en una entrevista en El País, con la Constitución daban por satisfechas todas sus reivindicaciones.

De manera que tenemos un problema, todos sin excepción, a cuenta de que hay partidos que apuestan por la ruptura constitucional. Bien es verdad que en estos momentos los planteamientos del PNV no son como los de CiU, ya que algunos de los dirigentes nacionalistas catalanes se comportan con deslealtad y sobre todo de manera irresponsable.

Pero volvamos al problema que no es otro que preguntarnos si la Constitución continúa o no sirviendo a los intereses de la mayoría de los ciudadanos o si por el contrario ha llegado la hora de reformarla. Es decir, ¿serviría de algo reformar la Constitución si a cambio CiU renunciara a pedir la independencia? Seguramente la respuesta es no. El órdago que ha lanzado Artur Mas no deja lugar a dudas, de manera que es dudoso que tuviera ningún efecto el reformar la Constitución para no resolver el problema, por más que en el PSOE crean lo contrario y defiendan esa reforma como medio de tapar la herida catalana.

No obstante la Constitución no se puede reformar sin consenso porque se necesitan una mayoría cualificada de votos y me temo que en estos momentos no es posible el consenso político y me pregunto si habría consenso social.

En mi opinión tenemos una buena Constitución precisamente porque es fruto del consenso, porque no es la Constitución de nadie sino que lo es de todos y por tanto no se debería de cambiar una coma si no es de nuevo por consenso.

Yo me alegro de que nuestra Carta Magna cumpla treinta y cinco años ya que con ella hemos vivido un largo periodo de estabilidad democrática. De manera que me voy a permitir decir eso de Feliz Cumpleaños y que cumpla muchos más.

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