- Nkunda empieza a cumplir las promesas realizadas, aunque mantiene su intención de reunirse con el presidente Kabila
KINSHASA, 19 Nov. (OTR/PRESS) -
Cientos de combatientes rebeldes congoleños se retiraron a posiciones iniciales, un movimiento que las fuerzas de paz de la ONU han interpretado como un acto que podría significar el primer paso para abrir conversaciones de paz entre los rebeldes y el Gobierno, y así poner fin al conflicto que asola el este del Congo. El general renegado Nkunda, líder de los rebeldes, ordenó la retirada después de la reunión mantenida el pasado fin de semana con un emisario de las Naciones Unidas, el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, con el que se comprometió a respetar el frágil alto el fuego y a tomar parte en las negociaciones de paz auspiciadas con la ONU. Sin embargo, Nkunda mantiene que sigue teniendo la intención de reunirse con el presidente Joseph Kabila, para poder poner fin al conflicto personalmente.
"Desde la noche de ayer (en referencia al martes), se han replegado hacia el sur", explicó el portavoz militar el teniente coronel Jean-Paul Dietrich, en declaraciones a Reuters recogidas por otr/press. "Definitivamente, esto es bueno", aseguró. Además, presentó unas estimaciones que dicen que los rebeldes retirados fueron "cientos". Este movimiento ha sido interpretado por las fuerzas de la ONU como una posible oportunidad de iniciar conversaciones para lograr la paz y poner fin al conflicto del este del Congo, que ya dura semanas.
Los soldados rebeldes tutsis, fieles al general renegado Laurent Nkunda, se replegaron desde los territorios conquistados hasta las líneas en las que se encontraban inicialmente, aunque aún mantiene plazas estratégicas como la de Kibati, a tan sólo 15 kilómetros de la capital de la provincia de Kivu Norte, Goma. Los militares de la ONU que están supervisando el repliegue aseguran que no se están produciendo problemas, y que los soldados abandonan la zona "a cientos".
La retirada de los rebeldes suscitó grandes esperanzas también entre la población, después de semanas de enfrentamientos entre los rebeldes, el ejército gubernamental y las milicias locales, que han asolado la zona. Todo ello desembocó en el desplazamiento de miles de civiles de sus hogares, y provocó una situación de gran emergencia humanitaria en el corazón de África.
DECISIÓN DE NKUNDA
Esta medida se produce por orden de Nkunda, que tomó la decisión tras la reunión mantenida el pasado fin de semana con el enviado especial de paz de las Naciones Unidas, el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo. En dicho encuentro el líder rebelde se comprometió a respetar el frágil alto el fuego existente, y a tomar parte en las negociaciones de paz respaldadas por la ONU. Sin embargo, Nkunda sigue exigiendo conversaciones directas con el presidente Kabila, para discutir el futuro del Congo.
Ahora, Dietrich declaró que las fuerzas de paz de la ONU desplegadas en el Congo deben mantener conversaciones con ejército y rebeldes, para aclarar su papel en el país y, más concretamente, en las "zonas de separación", que deben evitar los enfrentamientos entre ambos ejércitos. De todas formas, el Consejo de Seguridad de la ONU votará esta semana sobre el envío de más tropas al país, pasando de los 17.000 soldados y policías actuales a 20.000.
Por suerte, estos movimientos permitieron a los trabajadores de ayuda repartir alimentos y ayuda médica a los más de 200.000 refugiados que se encuentran desplazados en Kibati y los alrededores de Goma. A pesar de ello, aún necesitan realizar mayores esfuerzos para llegar a las personas que se quedaron aisladas por los combates en las colinas y bosques de la provincia de Kivu Norte.
CONTROL DE LA EXPLOTACIÓN DE RECURSOS
Los Gobiernos occidentales respaldaron en 2006 la elección de Kabila como presidente del Congo, con el objetivo de dar estabilidad al país, y proteger así la gran cantidad de recursos que tiene, como cobre, cobalto, coltán, oro, diamantes, y otras riquezas minerales. Sin embargo, ahora, funcionarios y legisladores de la Unión Europea solicitaron la protección de los recursos del Congo, para evitar que se extraigan ilegalmente para financiar a las distintas guerrillas.
En este sentido, la Comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, y el Secretario de Estado francés, Jean-Pierre Jouyet, elevaron estas peticiones al presidente Nicolás Sarkozy, para que luche por acabar con el comercio ilegal en el Congo. "También tenemos que abordar las causas profundas del conflicto", afirmó Jouyet. "A pesar de las masacres, la gente todavía busca enriquecerse en la parte de atrás de todo esto", declaró Alain Hutchinson, miembro de los Socialistas Europeos.