El cardenal arzobispo valenciano dice que "ningún cristiano debe permanecer ajeno al compromiso de humanizar la sociedad"

Actualizado: miércoles, 12 noviembre 2008 18:45

VALENCIA, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, urge en su carta de esta semana a "humanizar la sociedad" y advierte de que "la deshumanización de la sociedad actual supone uno de los grandes retrocesos de la historia". Por ello, asegura que "ningún cristiano, ninguna persona de buena voluntad, debe permanecer ajeno al compromiso por hacer la vida más humana", según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado.

García-Gasco afirma que el verdadero desarrollo "nace con la aportación personal de los seres humanos" y añade que "cuando se pone el centro del progreso en sujetos abstractos e inconcretos como 'la humanidad', 'la colectividad' o incluso el 'Estado', se comete un grave error, pues se acaba olvidando la grandeza única e irrepetible de cada ser humano".

A este respecto, subraya que la Doctrina Social de la Iglesia "va más allá del concepto 'ciudadano' de un territorio o de una comunidad política concreta" y subraya que la universalidad del catolicismo "trasciende los límites geográficos y temporales para que las personas juzguen las cosas con criterio propio a la luz de la verdad, ordenen sus actividades con sentido de responsabilidad y se esfuercen por secundar lo verdadero y lo justo asociando su acción a la de los demás".

En su carta, que titula 'Es urgente humanizar la sociedad', el arzobispo de Valencia destaca que el testimonio del cristianismo "fielmente vivido es un valor formativo extraordinario para que se capte el sentido de la Doctrina Social de la Iglesia" y evoca cómo el Papa Juan Pablo II "sostenía que la vida de santidad, que resplandece en tanto miembros del pueblo de Dios, constituye el camino más simple y fascinante para percibir la belleza de la verdad, la fuerza liberadora del amor de Dios y el valor de la felicidad incondicionada a todas las exigencias de la ley del Señor".

El cardenal García-Gasco manifiesta que "la formación en la Doctrina Social de la Iglesia nunca está del todo concluida", sino que tiene el formato de "formación continua, a lo largo de toda la vida". Igualmente, permite a los cristianos laicos "encauzar eficazmente la tarea cotidiana en los ámbitos culturales, sociales, económicos y políticos, desarrollando en ellos el sentido de orientar sus esfuerzos al servicio del bien común".

Además, lañade que la Doctrina Social de la Iglesia "forma de una manera más específica la conciencia para preparar a los cristianos laicos al ejercicio del servicio a la comunidad también desde lugares de responsabilidad pública". Según el purpurado, "es perfectamente compatible ser un verdadero político y un verdadero católico".

El cardenal García-Gasco resalta que "todas las instituciones educativas católicas deben tener presente que la Doctrina Social es un instrumento necesario para cumplir su misión" y anima a "profundizar en sus contenidos y acciones porque con ello se hace más eficaz la educación cristiana en el amor, la justicia y la paz, y se favorece la maduración de la conciencia de los deberes morales y sociales".

Al término de su carta, el purpurado insiste en que "humanizar la sociedad es urgente" y alienta a que "desde la escuela hasta la universidad" se considere "imprescindible el servicio formativo de transmitir el mensaje cristiano, de promover el encuentro entre el Evangelio y los distintos saberes para una mejor promoción de la dignidad de la persona humana". En definitiva, agrega el purpurado, "es una tarea urgente para reconstruir nuestra sociedad".