WASHINGTON, 18 Feb. (OTR/PRESS) -
Astrónomos han descubierto que planetas parecidos a la Tierra podrían orbitar muchas, sino la mayoría de los estrellas de tamaño similar al Sol en nuestra galaxia. Estos nuevos resultados siguieren que mundos capaces de albergar vida pueden ser mucho más comunes de lo que pensamos.
El astrónomo de la Universidad de Arizona Michael Meyer y sus colegas utilizaron el telescopio espacial Spitzer de la NASA para determinar si los sistemas planetarios como el nuestro son frecuentes o raros en la Vía Láctea. Encontraron al menos un 20 por ciento, y posiblemente hasta un 60 por ciento, de las estrellas parecidas al Sol son candidatos para albergar planetas en su órbita.
Meyer presentó su investigación en la reunión anual de la American Association for the Advancemenet of Science de Boston. Los resultados aparecen en el número de febrero de la Astrophysicial Journal Letters.
Los investigadores usaron el Spitzer para estudiar seis grupos de estrellas, agrupados dependiendo de su edad, con masas comparables a la de nuestro Sol. El Sol tiene unos 4.600 millones de años. "Queremos estudiar la evolución del gas y el polvo alrededor de las estrellas similar al del sol, y comparar los resultados con lo que nosotros creemos que ocurrió en el Sistema Solar en sus etapas iniciales", dijo Meyer.
El Spitzer no detectó los planetas directamente, En su lugar detectó polvo mediante rayos infrarrojos, que en función de su temperatura revela la existencia de planetas orbitando a las estrellas estudiados, en distancias comparables a sus soles como las de la Tierra a Jupíter.
"Encontramos que entre un 10 y un 20 por ciento de las estrellas en los cuatro grupos más jóvenes de estrellas mostraban emisiones de polvo con más calor, mientras no detectamos este tipo de polvo alrededor de estrellas de más edad. Eso es comparable en escalas de tiempo a lo que pensamos que intervino en la formación de la evolución dinámica de nuestro sistema spolar", según explicó en declaraciones a la web de la NASA recogidas por otr/press.
Los modelos teóricos sugieren que la Tierra se formó entre 10 y 50 millones de años después de las colisiones entre cuerpos celeste más pequeños. Pues bien, en otro estudio, Thayne Currie y Scott Kenyon, de la Observatorio Smithsonian en Cambridge, Massachussetts, encontraron evidencias de polvo similar al derivado de la formación de la Tierra en estrellas de entre 10 y 30 millones de años. "Esas observaciones sugieren que lo que intervinó en la formación de la Tierra podría estar ocurriendo alrededor de muchas estrellas de entre 3 y 300 millones de anitgüedad", señaló Kenyon.
Junto a un colega de la Universidad de Utah, Kenyon ha desarrollado modelos de formación de planetas que proporcionan un escenario plausible. De acuerdo con los datos sobre temperatura del polvo detectado por el Spitzer, los astrónomos calculan que un 62 por ciento de las estrellas estudiadas han formado o pueden formar planetas. En una proyección conservadora se puede pensar que un 20 por ciento los alberguen efectivamente y hasta un 60 por ciento en la previsión más optimista, según Meyer.
El estudio también establece que los planetas similares a la Tierra serían más numerosos en la Vía Láctea que los planetas gaseosos. "A primera vista, la frecuencia de formación de planetas de tipo terrestre es más elevada que la frecuencia estimada de formación de los grandes planetas gaseosos como Júpiter", explicó Meyer durante una conferencia de prensa. "Es un resultado excitante", añadió el astrónomo.