MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un influjo de solicitantes de asilo que huyen de la violencia en Somalia hasta los campamentos de refugiados en Dadaab, en el noreste de Kenia, está provocando un hacinamiento que podría desembocar en una crisis humanitaria, según declaraciones de diferentes organismos de la ONU recogidas por la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN.
La población de refugiados en Dadaab ha aumentado hasta los 224.000, desde los 171.000 que había el pasado mes de enero. "La pobreza de los refugios y la sanidad, así como la escasez de suministros no alimentarios, suponen un gran desafío para los nuevos refugiados, especialmente ahora que ha llegado la estación de lluvias", señaló la representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Liz Ahua.
"Puede que pronto afrontemos una crisis humanitaria si continuamos dependiendo de los tres campamentos existentes para alojar a los recién llegados", señala Ahua en un comunicado publicado junto con el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Los campamentos de refugiados de Dadaab --Dagahaley, Ifo y Hagadera--, albergan un numero de personas que triplica su capacidad, de acuerdo con ACNUR, que pide que se establezca un nuevo campamento.
Desde el pasado mes de enero, se han registrado 56.000 peticiones de asilo, más de 6.000 personas llegaron a Dadaab sólo en octubre, y la mayoría de las llegadas proviene de Mogadiscio, y otras de las regiones de Kismayo, Jamaame y Afmadow. El hacinamiento en los campamentos también está afectando a los puntos de distribución de alimentos, diseñados para 90.000 personas.
"Cuando hay una distribución alimentaria mensual, es extremadamente multitudinario", declaró el portavoz del PAM, Peter Smerdon. En este momento, señaló Smerdon, hay suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de este número cada vez mayor de solicitantes de asilo, pero se necesitan más fondos. "Hay un incremento constante en los números", manifestó. "Si el influjo continúa al mismo ritmo, comenzaremos a disminuir los alimentos a los refugiados el próximo enero", añadió.
Los equipos sanitarios realizan movilizaciones continuas de la comunidad para evitar que se produzcan brotes de enfermedades, según una responsable de evaluación y observación de la Agencia alemana para la Cooperación Técnica, Margaret Pacho. "No hemos tenido ningún brote de enfermedad", señaló Pacho.
"También hemos mantenido los niveles de malnutrición dentro de los ratios normales", añadió, aunque manifestó que se necesita un puesto adicional sanitario, así como personal, para abordar y tratar la afluencia. Las enfermedades de la piel son prevalentes entre los nuevos refugiados, algunos de los cuales acampan alrededor de las oficinas de ACNUR esperando poder registrarse, señaló.
EL HACINAMIENTO AUMENTA LA VULNERABILIDAD
El hacinamiento en los campamentos también incrementa la vulnerabilidad. "Como se ha experimentado en los campamentos de refugiados de todo el mundo, la congestión crea un ambiente inseguro para las mujeres y los niños", declaró el representante de UNICEF para Kenia, Olivia Yambi.
Mientras, ACNUR trabaja en un plan de contingencia en el caso de que la afluencia continúe al mismo ritmo o se acelere. "ACNUR y las agencias de la ONU, así como sus socios, han estado en contacto y han estado reuniéndose desde que la escalada de llegadas se hiciera evidente en octubre", señaló el portavoz de ACNUR, Emmanuel Nyabera.
"Un número de reuniones ha tenido lugar, y se han realizado los pasos iniciales del plan de contingencia", añadió. Si las condiciones en Somalia se deterioran aún más, desde 60.000 a 100.000 solicitantes de asilo podrían cruzar a Kenia en 2009, de acuerdo con las estimaciones de ACNUR.
Aunque ACNUR y otras agencias trabajan para mejorar las condiciones de vida de los refugiados, las necesidades aún son muy grandes, y los fondos son insuficientes, según el comunicado.
