SANT HILARI SACALM (GIRONA), 4 (EUROPA PRESS)
Un vecino de Sant Hilari Sacalm (Girona) ha convivido durante los últimos cuatro meses con el cadáver de su padre, de 94 años, sentado en una silla en el comedor y de cara al televisor. El hijo, de unos 50 años, ha sido trasladado al psiquiátrico de Salt (Girona).
La situación se descubrió porque una hija del difunto, que reside en Barcelona, después de días sin saber nada y de notar que su hermano tenía una actitud extraña cuando hablaban por teléfono, fue a Sant Hilari. Allí se encontró a su padre muerto, probablemente por causas naturales, desde noviembre y casi momificado, según avanzó hoy 'El Punt'.
Los vecinos del fallecido, en declaraciones a Europa Press, señalaron que el hijo era "introvertido", aunque todos coincidieron en afirmar que "era una persona normal y atenta con su padre".
Para María Rosell, vecina de la calle Montseny donde vivía Andreu V.B. y su hijo, el suceso es "muy extraño" porque, según aseguró esta mujer, "el hijo era una persona introvertida pero normal, incapaz de hacer nada". A pesar de reconocer que las ventanas y las puertas estaban "cerradas" lo que más sorprendió a Rosell es la ausencia de "olor si llevaba tantos meses muerto".
Esta mañana eran muchos los vecinos que comentaban el "terrible" suceso en Sant Hilari Sacalm y no se explicaban cómo "un cadáver puede llevar tantos días en la misma posición sin que nadie se dé cuenta", afirmó Rosa Negre, en la calle donde vivían Josep y su padre.
EL HIJO CUIDABA AL PADRE.
"El hijo paseaba al abuelo cada mañana y yo creo que los vi hace poco, no me lo creo", exclamó Negre mientras relató cómo la hermana, hace dos semanas, visitó la casa pero al no poder entrar "pensó que estaban comiendo fuera".
Según esta vecina, el chico "era muy normal" y aunque llevaba casi un año en el pueblo todos "lo conocían de hola y adiós". Después de muchas llamadas del resto de familiares, este fin de semana la hija del fallecido regresó a la casa y encontró el cadáver de su padre sentado frente al televisor y entonces gritó: "Está muerto", explicó esta vecina.
El fallecido tenía 94 años y dificultades para caminar, por lo que iba en silla de ruedas. Por esta razón, su hijo soltero convivía con él y se cuidaba de su aseo personal. Desde el domingo permanece ingresado en un centro psiquiátrico de Salt para evaluar su estado mental.