Chequia se viste de blanco esta Navidad y ofrece experiencias inolvidables en la nieve - TURISMO DE CHEQUIA
MADRID 25 Dic. (EUROPA PRESS) -
La República Checa se viste de gala una Navidad más impresionando a visitantes de todo el mundo con sus originales propuestas dirigidas tanto a los amantes de sus ciudades históricas como aquellos que quieren disfrutar de la naturaleza y sus paisajes blancos dentro y fuera de las pistas de esquí.
Con la caída de los primeros copos de nieve, los entornos montañosos de este estado centroeuropeo cobran protagonismo y sus estaciones de esquí empiezan a recibir a miles de amantes de los deportes blancos.
La oferta de diversión invernal, que se extiende habitualmente de noviembre a marzo, abarca todos los puntos cardinales del país, aunque cada uno de ellos por un motivo diferente.
En el norte, las altas Montañas Gigantes (Krkonose) son las
reinas del esquí, acogen cada año la Copa del Mundo de Slalom Gigante y están conectadas con la ciudad-balneario de Janské Lázne; al suroeste, en el Parque Nacional de Sumava (Národní park Sumava), destacan sus pistas de esquí de fondo; al oeste, el privilegio de esquiar se combina con el relax del balneario; y al este, la naturaleza y la cultura se dan la mano.
Además de recorrer la geografía montañosa, también hay una serie de actividades que la Oficina de Turismo de la República Checa recomienda especialmente a sus visitantes por su originalidad.
La primera de ellas es la pista de patinaje más larga del mundo. Entre diciembre y marzo se forma en la presa de Lipno la mayor pista de patinaje del mundo que tiene una extensión de 38 kilómetros y una anchura de seis a ocho metros. Los fines de semana acuden a este lugar miles de personas deseosas de admirar la belleza del paisaje invernal del entorno de Cesky Krumlov.
Recorrer esta pista no tiene coste alguno y los patines se pueden
alquilar en Lipno. Para que el camino no se haga pesado, existen varios bares de hielo a lo largo del itinerario. Sin dejar el Parque Nacional Sumava es muy recomendable subir al mirador del 'Sendero sobre la copa de los árboles' de Lipno nad Vltavou.
Aunque esta no es la única pista de patinaje de la República Checa sino que se puede disfrutar también de bellas panorámicas nevadas desde el lago helado de la presa de Orlík. Uno de los mejores puntos para deslizarse es en los alrededores del castillo gótico de Zvíkov, en la confluencia de los ríos Moldava y Otava.
Y quienes se queden en Praga no tienen por qué renunciar a esta actividad ya que hay pistas en la parte baja de Vysehrad, en la presa de Hostivar y en Seberák.
Otra actividad muy demandada por los turistas de todo el mundo son los trineos tirados por perros. La sierra de Orlické hory, en Bohemia Oriental, acogerá del 24 al 28 de enero de 2023 'El Long de Sedivácek', una de las carreras de trineos tirados por perros
más duras y extensas de Europa. La carrera recibe este nombre en recuerdo a uno de los perros, un husky siberiano, que iba a participar pero que un cazador mató por accidente.
El itinerario, que comienza y termina en Jedlová, en la población de Destná, atraviesa los paisajes más salvajes y hermosos de estas montañas. En esta 26 edición competirán unos 700 perros de diversas razas y 100 mushers de la República Checa, Alemania, Austria, Suiza, Francia, Italia, Países Bajos, Croacia, Hungría y Polonia.
Los deportistas pueden elegir entre una ruta de 200 kilómetros
dividida en cuatro etapas o una de 300 kilómetros en cinco. Entre las condiciones de la carrera está pasar uno o dos días en un vivac (refugio) en la nieve. La prueba, además, se puede seguir en vivo o a través de la web de los organizadores ya que los corredores serán monitorizados.
ESQUI DE FONDO PARA DISFRUTAR DE LA NATURALEZA
El número de amantes de los deportes blancos que se animan a la modalidad de esquí de fondo es cada día mayor. Una disciplina que antaño se consideraba de segunda categoría es ahora elegida con orgullo por aquellos que prefieren un disfrute más pausado del paisaje y una interacción tranquila con el medio natural.
La República Checa es un destino idóneo para estos viajeros que encontrarán en los Montes de Jizera más de 200 kilómetros de rutas de esquí de fondo. En esta zona, una de las ciudades que más interesantes es la población de Jizerka donde hay hoteles y restaurantes ofrecen un ambiente muy animado.
El entorno, inmerso en pleno Valle del Cristal, invita a recorrer sus factorías de vidrio soplado, museos y pequeños establecimientos relacionados con la elaboración de frágiles piezas de cristal. Este es un destino poco masificado que conserva su carácter más auténtico.
Y tras la pista nada mejor que descansar en el balneario en la ciudad balnearia de Mariánské Lázne, un destino donde el glamour de su arquitectura se traslada también a sus establecimientos termales. Una de las grandes ventajas de este complejo es que se adecúa tanto a los principiantes como a los deportistas más experimentados.
Desde el campo de golf local se puede iniciar una ruta de esquí de fondo y los que prefieran la opción de esquí alpino sólo precisan subir en el teleférico para llegar a Krakonoska. Las familias también encuentran aquí instalaciones y propuestas para niños, remontes infantiles, parque con alfombra móvil, guardería y escuela de esquí. Durante la época navideña se organizan eventos especiales en el Skibar, esquí nocturno y descensos especiales en Nochevieja.
Y una vez que se baja de las pistas, los balnearios ofrecen estancias y terapias adecuadas a las necesidades de cada huésped. Las fuentes termales, además, están en entornos públicos y se puede beber agua curativa de forma gratuita.
Y para finalizar el viajero podrá disfrutar de la impresionante arquitectura de madera en las montañas Beskydy. Este reino glaciar situado al noreste de Moravia sorprende por sus colinas blancas y onduladas salpicadas de pueblecitos y tradiciones que parecen esperar a ser descubiertos por viajeros curiosos.
La Oficina de Turismo de la República Checa asegura que los incentivos para acudir hasta este lugar en la frontera con Eslovenia son muchos pero entre ellos destaca el poder admirar su bonita arquitectura de madera.
En la cima de Pustevny, adonde se puede llegar en telesilla, se sitúan casas de estilo modernista proyectadas por el arquitecto Dusan Jurkovic y que hoy día funcionan como alojamiento o restauración. Toda esta zona es también perfecta para degustar delicias locales como los frgál, las orejas de stramberk e incluso el famoso licor de ciruelas Slivovice.