El CSIC entregará en noviembre el informe sobre la cueva de Altamira para iniciar la reflexión sobre su posible apertura

Actualizado: domingo, 30 agosto 2009 16:07

Lasheras desea que se pueda fijar algún régimen de visitas, porque el patrimonio se conserva "para utilizarlo"

SANTANDER, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) prevén entregar hacia el 15 de noviembre el informe sobre los estudios realizados en la cueva de Altamira en los siete años que lleva cerrada al público. Entonces, se abrirá un proceso de trabajo y reflexión para definir el futuro de la cavidad y decidir si continúa cerrada o se permite su reapertura, en definitiva, "qué es sensato y qué es razonable hacer" con la cueva.

Así lo explicó hoy el director del Museo Altamira, José Antonio Lasheras, que es partidario de que la cueva pueda ser disfrutada en alguna medida por los ciudadanos, ya que, a su juicio, el patrimonio lo conservamos "para utilizarlo".

"A mí me gustaría saber que todos tenemos la opción de entrar en Altamira. Desearía que la cueva pudiera ser visitada, si no todos los días o meses del año, sí algunos, y si no por muchas personas, aunque sólo sea por unas pocas. Pero que todos tengamos la opción teórica de entrar, aunque sólo algunas personas tengan la opción práctica", afirmó en una entrevista en RNE recogida por Europa Press.

Lasheras será una de las voces que participarán en el debate sobre la reapertura o no de la cueva, que se sustentará en las conclusiones del estudio del CSIC y en el que intervendrán las instituciones regionales y nacionales.

Será un trabajo que requerirá "días de reflexión y discusión", a los que seguirá también un tiempo para poder poner en marcha lo que se decida, así que el director del Museo no puede aventurar plazos. Los únicos plazos que maneja son el próximo 17 de octubre, fecha en la que culmina el convenio para los estudios en la cueva, y la del 15 de noviembre, que es la fecha en la que el CSIC prevé entregar su informe.

Aunque habrá que esperar a entonces para conocer todas las conclusiones, en estos siete años de cierre ya se conocen nuevos datos sobre la cueva y la incidencia de las visitas en ella.

Por ejemplo, ahora se conocen mejor las oscilaciones naturales de temperatura en la cueva y esto ha puesto en cuestión una de las tesis del anterior estudio realizado en Altamira, un trabajo que se finalizó en el año 1982.

Aquel estudio consideraba que cuanto mayor fuera la diferencia de temperatura entre la cavidad y el exterior, más visitas se podían realizar, porque la ventilación natural equilibraba pronto la temperatura. Sin embargo, ahora se cree que las corrientes de aire son siempre "un factor de riesgo" para la conservación de la cueva. Por ello, habrá que decidir "hasta qué punto asumimos movimientos de aire, y por tanto, de personas, dentro de la cueva", explicó Lasheras.

DECIDIR ES ASUMIR RIESGOS

Pero según dijo, decidir, en casi todo, implica asumir riesgos y en el caso de las obras pictóricas también se asumen ciertos riesgos cuando se muestran en un museo. "Si fuéramos un poco integristas de la gestión y conservación del patrimonio, cualquier apertura de la cueva y cualquier persona circulando dentro es un factor de riesgo, pero lo mismo ocurre con la pintura clásica expuesta en las salas", que está "expuesta a la agresión física", comentó.

"Hemos asumido que nuestras grandes obras de la pintura clásica española no estén en una cámara acorazada, ni estén en la Puerta del Sol --donde las verían muchas más personas--. Hemos asumido el riesgo controlado de que estén en las salas del Museo del Prado o del Museo Nacional de Arte Reina Sofía. Y en Altamira también podemos asumir algún riesgo, incluso el riesgo de tenerla absolutamente cerrada", agregó el director del Museo, quien no obstante insistió en que le "gustaría" ver la cueva abierta en alguna medida.

En su opinión, con Altamira, al igual que con todo el patrimonio, "hay que ser muy responsables y minimizar los riesgos, hasta que teóricamente estén suprimidos, y a partir de entonces actuar".

TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN

Los trabajos en torno a la cueva de Altamira han incluido análisis físicos, químicos, geológicos, microbiológicos y climáticos para analizar la situación de la cavidad y determinar las mejores condiciones de conservación.

Todo este estudio es también útil para otras cavidades, ya que en la denominada 'Capilla Sixtina' del arte rupestre los problemas de conservación se han manifestado antes y también se han afrontado antes, con lo cual se puede transmitir su experiencia a otras cuevas de la Cornisa Cantábrica, por ejemplo, las 17 declaradas Patrimonio de la Humanidad como ampliación a la declaración de Altamira, que gozaba de esta distinción desde 1985.

José Antonio Lasheras resaltó la importancia de la ampliación de la declaración de la Unesco, porque eso supone entender que Altamira "no es una excepción, sino una consecuencia" del "apogeo cultural" que hubo en la Cornisa Cantábrica hace 15.000 años, en los tiempos finales del Paleolítico Superior.

Además de estudiar las condiciones de la cueva y su conservación, en Altamira continúan también las investigaciones sobre la cavidad. Ahora mismo, si alguien se acerca a la entrada de la cueva, lo que se encuentra en el exterior es un gran agujero de nueve metros cuadrados y tres de profundidad en el que se pueden observar unas piedras enormes. Se trata del hundimiento que selló la cueva hace 13.000 años, en el que se está investigando.

Además, si alguien que visitó la cueva antes del cierre volviera a cruzar hoy su puerta, se encontraría algunos cambios. Por ejemplo, ya no hay una puerta, sino dos, para regular el vapor de agua y evitar que se sientan los efectos del exterior. También se ha eliminado la iluminación, pero "los bisontes están igual que siempre", resaltó Lasheras.

EL MUSEO

A falta de saber si se podrá visitar de nuevo Altamira, los cántabros y los turistas pueden acercarse a la réplica y al Museo que, además, espera estrenar una nueva exposición estable de aquí a tres años. Según afirmó Lasheras, se trata "probablemente" del museo de prehistoria más visitado de Europa y de uno de los museos más visitados de España.

La cifra de visitantes se ha estabilizado desde hace unos años y sigue por encima de otros grandes museos de prehistoria de Europa. Así, Altamira recibe en torno a 250.000 visitas al año, por delante del Museo Neanderthal, que está junto a la ciudad de Düsseldorf (que supera los 200.000), o Lascaux II, en Francia (en torno a 200.000 visitantes al año).

En lo que va de 2009 los datos mantienen esta tendencia de estabilidad, y en julio y agosto se registran subidas. En el primer semestre se repitieron los resultados del año pasado (más de 99.000 visitas), "pese a todo lo que se decía"; en julio aumentaron un 4 por ciento (hubo cerca de 39.000 visitas), y en la primera quincena de agosto crecieron un 8 por ciento.

Y aunque se fije la atención en Altamira y se espere del Museo que siga liderando los atractivos turísticos de la región, el director recalcó que Altamira es "un patrimonio y un recurso cultural" y dejó claro que es el Gobierno regional quien tiene "en exclusiva" las competencias turísticas para transformar ese recurso cultural en recurso turístico.

Por último, sobre la transferencia de competencias de Altamira, recordó que "es cosa de políticos" y él no puede aportar mucho. En cualquier caso, se mostró convencido de que en los próximos meses, "seguro antes de diciembre", se reunirá un nuevo Patronato de Altamira.