TARRAGONA, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -

La popular FirAgost, la feria del campo catalán, ha dado comienzo este martes en Valls (Tarragona) con la aspiración de que, pese a la difícil coyuntura económica, no decaiga la vitalidad de un "escaparate agrícola y comercial" que cada año atrae a más de 100.000 visitantes a la capital de los 'castells' y los 'calçots'.

Como cada año --en esta edición se celebran ocho siglos de la concesión oficial para celebrar mercado los miércoles--, se dan cita en las calles de Valls alrededor de 350 expositores en un recinto que supera el kilómetro y medio de extensión.

Según el director de FirAgost, Antoni Bastús, la demanda de las empresas se ha mantenido "estable y apenas se ha dejado sentir la crisis", aunque hay que lamentar alguna baja importante --en este caso no por motivos económicos sino por diferencias con la organización-- como la de la Cooperativa Agrícola de Cambrils, que llevaba acudiendo desde hace 30 años.

Frutas, verduras, vinos, cavas, jardinería, herbolario, artesanía, maquinaría y ganado, entre otros productos, convierten a la FirAgost en un elemento determinante para proyectar la imagen de Valls, si bien, como reconoce el alcalde, Albert Batet, la agricultura ha perdido peso en el área de influencia económica, transformada en un importante polo industrial y logístico. "Es un homenaje al mundo del campo, que en términos cualitativos está muy vivo con explotaciones innovadoras y modernas", ha afirmado.

El programa de la FirAgost se completa con exhibiciones de 'castells', pasacalles, arrastre de caballerías, catas de vinos y cavas, e incluso como novedad, este año, una exposición canina. "La feria está consolidada y no hay que buscar grandes inventos sino una mejora continua", ha añadido Bastús. Tanto él como el alcalde Batet han agradecido el trabajo de entidades, asociaciones y cientos de voluntarios, "que son el verdadero secreto de FirAgost".