Rafael Correa alerta de que en América Latina hay "presos políticos"

El expresidente del Ecuador, Rafael Correa, en una conferencia en Barcelona
EUROPA PRESS
Publicado: viernes, 13 abril 2018 16:19

BARCELONA, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

El expresidente de Ecuador Rafael Correa ha alertado de que en América Latina hay "presos políticos", en referencia a los casos del exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas y el expresidente de Brasil Lula da Silva, en una conferencia en la Universitat de Barcelona este viernes.

"Ecuador tiene presos políticos, América Latina tiene presos políticos. Jorge Glas, un hombre honesto, ha perdido su libertad. Que tiemble el mundo, que no duerman tranquilos mientras existan injusticias de esta clase", ha sentenciado Correa y ha recalcado que está preso sin ninguna prueba.

Correa ha expuesto también el caso de la expresidenta del Brasil Dilma Rousseff como un ejemplo de "el bombardeo mediático y la judicialización de la política" que se está produciendo en Latinoamérica en contra de los líderes políticos de izquierdas.

"Existe la judicialización de la política, como nos lo demuestra el caso de Dilma. Primero, vino el bombardeo mediático, generaron un muñeco, un caso inexistente. Luego, la destituyen. Después no hubo nada pero ya perdió la presidencia. O el caso de Lula. En realidad, está preso porque les va a ganar las elecciones", ha razonado.

Para el expresidente, esta estrategia es una respuesta a los últimos años en los que la izquierda dominó la política latinoamericana y ha sostenido que las élites no van a dejar que se vuelvan a repetir con el uso de los que ha denominado como partidos mediáticos y judiciales: "La derecha aprendió".

RESTRICCIONES INTERNAS Y EXTERNAS

La conferencia, organizada por el sindicato Asociación de Estudiantes Progresistas (AEP), ha repasado la trayectoria de América Latina, en la que ha enfatizado el freno que han supuesto las restricciones internas y externas para el desarrollo de la región.

Correa ha explicado que las élites nacionales e internacionales han sido y son el principal obstáculo para el desarrollo de estos países, puesto que determinan cómo se distribuyen sus recursos sociales: "Las élites siempre han mantenido el poder y nunca lo han utilizado para servir a las grandes mayorías".

Para el expresidente, el dominio de unas élites "no modernizadoras y excluyentes" se complementa con otros factores como la globalización y el comercio y la división del trabajo que ha derivado de ésta, y que se ha establecido históricamente entre el sur y el norte.

"El intercambio desigual: nuestra producción valía menos y la de los países industrializados más. La injusta división del trabajo. Nosotros poníamos materias primas, los otros las procesaban y nos las vendían más cara", ha apuntado Correa.

Según el dirigente, la desigualdad frente a Latinoamérica actualmente ha mutado con el dominio occidental del conocimiento y la tecnología, y la continuada explotación de sus recursos naturales: "Es la nueva injusta división del trabajo: conocimiento que se privatiza y bienes ambientales de consumo gratuito. No nos den ayudas para el desarrollo ni caridad, solo permitan que accedamos al conocimiento y ya habrán dado un gran apoyo para el desarrollo".

OPORTUNIDAD PERDIDA

El expresidente ha señalado que se ha producido una oportunidad perdida para el viraje político en América Latina, con el actual panorama en la región, lo que ha razonado que se ha debido a un "exceso de confianza" por creer que el cambio era irreversible y a la presión internacional.

"Debemos aprender de la historia. Jugamos con las reglas que nos pusieron: la democracia burguesa, creyendo que era suficiente con ganar elecciones. En América Latina ganarlas no es ganar el poder, los poderes fácticos continúan intactos: el económico, el mediático, el social, hasta el religioso. Que nos sirva de lección", ha recalcado.

No obstante, Correa ha confiado con que nuevos gobiernos de izquierdas llegarán a la región, el éxito de los cuales dependerá si recuerdan lo sucedido: "Pese a esa voluntad de exterminio, que se abra una nueva ventana de oportunidad, que lleguen nuevos procesos de izquierda a nuestros gobiernos pero que aprendan: no basta jugar con las reglas de la burguesía, no basta con ganar las elecciones, se necesita un pueblo profundamente organizado".