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Exteriores asegura que les ha ofrecido un salvoconducto para regresar a España y que mantiene un contacto "asiduo" con los afectados
VALENCIA/MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Familiares de seis camioneros españoles --tres de ellos valencianos-- que se encuentran sin sus pasaportes y con sus vehículos retenidos en Sierra Leona reclaman a las autoridades españolas que "se muevan y tomen cartas en el asunto" para conseguir el regreso de estos trabajadores y sus camiones, ya que su estado de ánimo es "malo" después de nueve meses viviendo una "estafa".
El grupo que se encuentra en Sierra Leona está formado por dos hermanos, José y Enrique M., de Alfafar (Valencia), y Luis M.H., vecino de la localidad valenciana de Alberic. El resto procede de otros puntos del país, como León.
Estos españoles llegaron el pasado mes de enero a Sierra Leona a través de una empresa valenciana, buscando una salida profesional a causa de la crisis del sector, con ocho tráilers para transportar hierro de una mina. Pero los problemas comenzaron en cuanto llegaron al Estado africano, ya que los visados necesarios no estaban preparados y, por ello, las autoridades locales les retiraron los pasaportes, que a día de hoy no han podido recuperar, ha explicado a Europa Press Eva, esposa de José.
Además, la firma que actúa como socio local de la empresa valenciana --"que se ha desentendido totalmente" del estado de los trabajadores españoles, critica la mujer del camionero-- registró los camiones a su nombre, aunque estos pertenecen realmente a los transportistas, según su versión.
"En principio, no sospecharon nada malo, porque creyeron que era un trámite para poder trabajar allí, pero ahora no se los devuelven", ha relatado Eva, que mantiene el contacto con su marido a través de teléfono y whatsapp. La empresa radicada en Valencia interpuso un pleito al socio africano y, siempre según estas fuentes, consiguió recuperar unos 90.000 euros pero, sin embargo, el juez mantiene los camiones inmovilizados.
Ante este panorama, los ciudadanos españoles están viviendo en una pensión de Freetown gracias al dinero que envían sus familias desde España. Eva, por ejemplo, continúa pagando el seguro médico y manda 150 euros cada semana. "Todo lo que puedo", subraya.
Por todo ello, reclama la intervención del Gobierno español y pide que se realicen todas las gestiones posibles para conseguir el regreso del grupo. "Queremos que las autoridades tomen cartas en el asunto, algo más que nosotros podrán hacer", ha exclamado.
OFERTA DE SALVOCONDUCTO
Por su parte, una portavoz del Ministerio de Exteriores ha manifestado a Europa Press que el embajador --que se desplazó el pasado mes de agosto a Sierra Leona para reunirse con los afectados, ya que la embajada competente se encuentra en Costa de Marfil-- les ha ofrecido un salvoconducto para volver a España.
La misma fuente subraya que la Embajada está "perfectamente al tanto" de la situación y mantiene un contacto por teléfono y email "muy asiduo" con los afectados, que ha llegado a ser en algunas ocasiones "diario". En la misma línea, señala que se les ha brindado una "asistencia consultar completa".
Pero algunos de los familiares advierten de que en el momento en que los españoles abandonen el país perderán los camiones, "que es lo único que tienen". Así lo ha puesto de relieve Mari Carmen, mujer de Luis, el vecino de Alberic que hipotecó su vivienda para poder comprar tres vehículos de transporte.
La esposa del transportista afirma que su marido, finalmente, viajó a África con dos camiones porque un tercero "se lo destrozaron en el Puerto de Valencia" y, según manifiesta, "el seguro ha sido cobrado por la empresa" y a ella no le han dejado "ni la chatarra para que pueda comer", lamenta.
"LO QUE ES SUYO"
Mari Carmen opina que han "estafado" a los trabajadores y reclama que las autoridades españolas realicen los trámites precisos para que el juez de Sierra Leona permita la devolución de los camiones a sus propietarios y "ellos puedan volver con lo que es suyo".
La esposa de Luis llama la atención sobre el mal trago que están pasando unos y otros. "Mi marido ha pasado ya tres malarias y nosotros estamos todos embargados; me tienen que comprar una tarjeta para el teléfono para poder hablar con él", apunta.
Ahora, las familias confían en que el interés despertado por el caso tras saltar la noticia a los medios de comunicación pueda agilizar el proceso. También los transportistas están "algo más animados al saber la repercusión que está teniendo la noticia y que la gente se está volcando con ellos", ha aseverado Eva.