Josep María Flotats: "Hay que saber darle un portazo a muchas cosas"

Josep María Flotats
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Actualizado: jueves, 12 enero 2012 16:34

MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS)

   Josep María Flotats se ha puesto al frente de la dirección de La mecedora, obra autobiográfica de su amigo Jean-Claude Brisville, con la que se dio a conocer como dramaturgo este gran escritor, editor y periodista francés. La Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional (CDN) acogerá esta función desde el 13 de enero al 19 de febrero en un montaje que cuenta con la interpretación de Helio Pedregal, Eleazar Ortiz y Daniel Muriel.

   Gerardo Vera consiguió que, antes de finalizar su etapa al frente del CDN, Flotats aceptara su reitera invitación a esta casa. Como ha relatado el propio Flotats este miércoles, su decisión fue tardía, allá por el pasado mes de mayo, cuando prácticamente todo estaba ya cerrado y no quedaba presupuesto.

   El director de escena optó finalmente por llevar al CDN La mecedora, un texto que reposaba desde hacía mucho tiempo en su mesita de noche pero que hasta ese momento no se había decidido a poner en pie. Así agradecía a "dos amigos" su confianza en él: Gerardo Vera y Brisville.

EL CUARTO TEXTO DE BRISVILLE

   Y es que éste es el cuarto texto de este autor que Flotats lleva a los escenarios después de La cena, Encuentro con Descartes y Pascal joven y Beaumarchais.

   El director ha recordado que La mecedora tuvo un "enorme éxito" en París, a pesar de que el propio autor desconfiaba de ella por ser muy autobiográfica. "Presenta una gran ironía, humor, sarcasmo, enfrentamiento entre personajes... es un gran texto y el único de Brisville que no parte de un hecho histórico", ha indicado.

   La traducción, a cargo de Mauro Armiño, ha experimentado algunos cambios, con permiso del propio autor, para adaptarla a la época actual: 2012 y Madrid (el original transcurría en los años 80 en París). En ella se narra la historia de un lector de una editorial (Pedregal) que es despedido y que decide ir a ver a su director (Eleazar Ortiz) a su casa para preguntarle personalmente por las causas de ese despido, que parecen estar en el abaratamiento de costes que persigue la editorial. A ellos se sumará un ilustrador de cubiertas para libros (Daniel Muriel).

   La obra "de una vigencia total", según Flotats, aborda la incomunicación entre los personajes. El lector ha sido sacrificado a las demandas del mercado, a la exigencia empresarial de mayores beneficios. "La función es de una ironía corrosiva", dice Flotats para quien una de las primeras réplicas del lector le hace muy feliz: "Es usted un gran editor y no tiene un solo libro en su casa, es usted un dandi", le dice el empleado al director. "Nunca pensé que la palabra dandi pudiera ser un insulto", resalta Flotats recordando que la obra está llena de este tipo de cosas.

DAR UN PORTAZO

   Este texto es también, en su opinión, "una metáfora" ya que el lector tiene en su despacho una mecedora donde lleva a cabo su trabajo y decide, dadas las circunstancias, comprarla. "Es como decir: sigo con mi mundo y mi cultura a la espera de que pase esta epidemia, que nadie sabe quien controla", argumenta el director de escena.

   Asimismo, Flotats considera que en la obra existe "una parte lúcida y pesimista de Brisville acerca de la dirección que emprende el mundo". Y aunque se trata de una "mirada dura y crítica" en ella hay además "un optimismo dulce y poético hacia la generación que representa el ilustrador, esos nietos en los que ve una posibilidad de florecimiento".

   Brisville plantea muchas preguntas pero también algunas respuestas. La más clara: "Hay que saber darle un portazo a muchas cosas", dice Flotats recordando que el personaje del lector se da cuenta de la importancia de "decir no". "Es decir no a la manera de trabajar, a las humillaciones del jefe, a cómo se le trata o exige", añade.

   Pero Brisville no arremete contra la Cultura en general, sino "contra los que no hacen bien el trabajo", matiza. "Para él su vida son las palabras y el bello lenguaje. El suele decir que para oír hablar como en el Metro la gente no paga una entrada", apostilla el director.

   Para Mauro Armiño, lo que subyace en esta obra es "la manipulación del mercado, cómo se mete por los ojos a los lectores obras infames en aras de que lo único que importa es vender libros".

   Por su parte, Ernesto Caballero, para quien ésta es su primera presentación de una obra como director del CDN, La mecedora es "un texto brillante, una obra intensa y humana sobre la mercantilización de la cultura".