MADRID, 7 DE OCTUBRE (EDIZIONES)
Es muy raro ver cómo un solo jugador anota 5 goles en un solo partidos. Pueden pasar años, muchos años desde que una hazaña como esta se produzca hasta que se vuelve a repetir. Pero en esta temporada, con tan sólo un mes y medio de competición, la dificilísima cifra de cinco goles de un solo jugador en un mismo partido ya se ha producido 3 veces.
Esto es una auténtica locura. Ya empezó Cristiano Ronaldo anotando la temporada pasada 5 goles al Granada. Y lo mismo hizo en el comienza de la temporada en curso, anotando 5 al Espanyol. En cuestión de unos meses, Cristiano hizo dos Repóker, entrando así en la historia de la liga española. Ni siquiera Lionesl Messi ha conseguido esta cifra en la liga, y menos dos veces, claro.
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Pues si alguien se creía que esta cifra de goles era sólo alcanzable para Messi o Ronaldo, se equivocaba. De cabo a rabo. Un tal Robert Lewandowski iba a hacerle cambiar de opinión. El delantero polaco anotó 5 goles frente al Wolfsburgo. Pero es que lo suyo tiene algo más. Los anotó, los 5, en menos de 10 minutos. En 9 para ser más precisos. Rompió así un récord de anotar 5 goles en menos tiempo, rebajándolo en más de 10 minutos.
Pero es que además, el delantero del Bayern de Munich salió de suplente en el minuto 51 de la segunda mitad, cuando su equipo perdía por un gol a cero. Lección para Guardiola que seguro que no dejará de nuevo al delantero en el banquillo en lo que resta de temporada.
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Pero como suele decirse, no hay dos sin tres. Aún faltaba un tercer delantero, de talla mundial también, en apuntarse a la fiesta de los repókeres. Tenía que ser el argentino Sergio “Kun” Agüero. Ha sido el último en lograrlo, esta pasada jornada de liga en la Premier inglesa. Agüero logró anotar la manita en tan solo 21 minutos frente al Newcastle, que nada pudo hacer para parar el ciclón sudamericano. Cuando Manuel Pelegrini, su entrenador, decide sustituirle, la cara de Agüero era todo un poema. No se quería ir del campo. Normal. Estaba haciendo un partidazo, y como buen delantero que se precie, quería más. Pero la ovación que se le prestó llegó hasta Londres.
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