MADRID, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
New England Patriots y Atlanta Falcons serán los protagonistas este domingo de la LI edición de la Super Bowl, la gran final del fútbol americano estadounidense que se disputará en el NRG de Houston y en la que los primeros parten con algo más de favoritismo por su experiencia en un partido que mide a la mejor defensa contra el mejor ataque.
Los Patriots, campeones de la Conferencia Americana, buscan alcanzar los cinco trofeos Vince Lombardi que poseen Dallas Cowboys y San Francisco 49ers, quedándose a uno del récord de Pittsburgh Steelers, mientras que los Halcones, vencedores de la Conferencia Nacional y con una temible ofensiva, quieren estrenarse en el palmarés en su segunda Super Bowl.
La franquicia que lideran Bill Belichik desde el banquillo y el estelar Tom Brady desde el campo se ha consagrado como una de las dinastías de la NFL, sobre todo del siglo XXI, y también una de las más 'odiadas'. Así, es la primera en disputar nueve Super Bowls, siete de ellas, con la del domingo, desde que se proclamase campeón por primera vez en 2002.
Pero los Patriots también saben lo que es perder finales en esta gran era, como las dos ante los New York Giants en 2008 y 2012, reveses que se unen a los de 1986 (Chicago Bears) y 1997 (Green Bay Packers), por lo que si Atlanta se estrena, serán los que mayor número de derrotas acumulen (5) junto a Denver Broncos.
El partido en Houston medirá a dos equipos señalados casi desde el principio para llegar al estadio texano. New England dominó la Conferencia Americana y sólo sumó dos derrotas en la Fase Regular, una extraña en casa ante los Bills por 0-16, pero sin Tom Brady, y otra también en el Gillette Stadium frente a los Seahawks (24-31).
En la postemporada, los de Belichik se mostraron demoledores ante los Texans (16-34) y, sobre todo, ante los Steelers (17-36) donde dejaron clara su principal seña de identidad: su defensa, arma con la que quieren desactivar la poderosa ofensiva de los Halcones.
Y es que Atlanta, en su primera Super Bowl en casi dos décadas tras perder la de 1999 de forma clara ante los Broncos, ha brillado este año por su brillante juego atacante, liderado por su 'quarterback', Matt Ryan, que quiere llevar a la franquicia hacia la gloria.
En su Conferencia Nacional, sólo Dallas Cowboys, con tres derrotas, mejoró sus números, pero en la postemporada, el equipo de Dan Quinn confirmó todos los buenos presagios, liderados por un estelar Ryan, deshaciéndose primero de los férreos Seahawks (36-20) y luego de unos Green Bay Packers que habían dejado fuera a los Cowboys, pero que no pudieron ni asustar en el Georgia Dome (44-21).
LA MADUREZ DE RYAN CONTRA LA LEYENDA DE BRADY
Ryan, de 31 años, ha sido imparable en los 'play-offs' y se planta en la Super Bowl sin intercepciones, algo sólo al alcance de otros seis mariscales de campo, el último de ellos, Joe Flacco en 2012 con los Ravens, y todos llevándose el anillo de campeón y el 'MVP'.
Para el de Pensilvania, en un espléndido estado de forma y capaz tanto de pasar como de correr como demostró ante los Packers, es su primera gran oportunidad de consagrarse y confirmar que debe ser elegido el 'MVP' de la temporada regular, además delante de una leyenda como Tom Brady.
El californiano se perdió el inicio de temporada por su sanción de cuatro partidos tras el escándalo de 'Deflategate', los famosos balones deshinchados en la final de la Conferencia Americana de 2015 ante los Colts, y busca su revancha perfecta. Pese a estar a punto de cumplir 40 años, no tiene previsto hacer como Peyton Manning y retirarse tras este partido que, de ganarlo, le permitiría convertirse en el jugador con más anillos y deshacer su empate con otros mitos como Joe Montana y Terry Bradshaw.
Ambos equipos disponen de buenas armas para construir sus ofensivas. Atlanta posee una enorme variedad que le han convertido en los mejores del año en esa faceta, personificada sobre todo en el receptor Julio Jones y el 'running back' Devonta Freeman. New England, por su parte, tiene la baja de una figura importante como Rob Gronkowski, pero en los 'play-offs' demostró que su ofensiva también es poderosa y cuenta con valores como LeGarrette Blount, Julian Edelman o Martellus Bennett.
