Moody's preve que las menores provisiones incrementen la rentabilidad de la banca española

Destaca la bajada de la morosidad, pero aleta del elevado peso de activos inmobiliarios en sus carteras

   MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -

   La agencia de calificación crediticia Moody's prevé que las menores necesidades de provisiones incrementarán previsiblemente la rentabilidad de los bancos españoles, pero advierte del elevado peso de los activos del sector inmobiliario en su carteras, que siguen aumentando.

   En una conferencia celebrada en Madrid, el analista de Moody's Alberto Postigo ha destacado que los beneficios antes de provisiones de la banca española se ven limitados por unos tipos de interés históricamente bajos, el elevado apalancamiento del sector privado, la intensa competencia en un mercado con limitadas oportunidades de crédito y un elevado número de activos improductivos.

   Sin embargo, Postigo ve posible que los beneficios de los bancos se vean impulsados por la bajada de la morosidad, que reduce el coste del riesgo para las entidades. Además, añade que las mejoras en la eficiencia también contribuyen positivamente a la rentabilidad, aunque de forma limitada.

   En este sentido, subraya que la mejora del entorno operativo está impulsando la calidad de los activos, ya que el positivo crecimiento económico que se está registrando en España ha permitido que se reduzca la morosidad.

   Pese a ello, advierte de que el descenso del 12% en 2014 de los créditos problemáticos se debe en gran parte a que han sido intercambiados por activos inmobiliarios. De hecho, excluyendo el efecto de estos canjes, el descenso de los activos problemáticos se reduce a un 5%.

APOYO DEL ENTORNO ECONÓMICO.

   Por otro lado, Moody's considera un factor positivo para la banca española la mayor fortaleza del entorno económico, superior a la de la mayoría de las economías de la eurozona. Además, subraya la bajada de la tasa de paro en España, aunque a un ritmo "lento", y la creación neta de empleo.

   En esta línea, también destaca que se están reduciendo los niveles de deuda, pero alerta de que el apalacamiento del sector privado sigue siendo "muy elevado", sobre todo entre los hogares, y puede tener consecuencias en el crecimiento a medio plazo y en el volumen de negocio de los bancos.

   Otros factores positivos para la banca son, según Moody's, las mejoras en la capacidad de absorción de pérdidas y en el perfil de financiación de las entidades, que avanza hacia una mayor financiación minorista y un mayor acceso a los mercados.

   Como aspectos negativos, la agencia incide en que aún persiste un fuerte vínculo entre los bancos y el soberano, así como el elevado nivel de activos fiscales diferidos fiscales (DTAs por sus siglas en inglés), que suponen capital de baja calidad.

   A este respecto, añade que la investigación de Bruselas sobre el tratamiento de los DTAs podría tener "consecuencias graves" en varios bancos españoles. Postigo ha apuntado que, aunque no puede anticipar la decisión, cree que hay varios elementos que van en contra de la derogación de esta leyes, como que están recogidos en la legislación europea, tienen diferentes tratamientos fiscales y podría ser una traba a la frágil recuperación de los países de la eurozona.

CAMBIOS EN EL APOYO PÚBLICO.

   Por otro lado, subraya el "dramático" cambio que ha supuesto la nueva directiva europea sobre regulación, que pasa de una cultura de 'bail-out' a una cultura de 'bail-in' y limita enormemente las condiciones en las que las autoridades pueden utilizar fondos públicos para recapitalizar bancos.

   En su opinión, esto va a tener consecuencias en los ratings de los bancos, ya que va a restar apoyo sistémico a las entidades, que será reflejado en la calificación de un banco como máximo en un escalón.

   Sin embargo, Moody's también cree que la nueva legislación europea tiene algunos aspectos positivos, como una mayor transparencia sobre las consecuencias de la quiebra de una entidad y unas menores pérdidas en caso de resolución.

   Respecto a la banca europea, considera que comienzan a verse señales  significativas de mejora, como en la calidad de los activos, los ratios de capital o la financiación, todo ello un entorno de mejores, pero moderadas, perspectivas de crecimiento en Europa. Sin embargo, la mejora de la rentabilidad sigue siendo su principal desafío debido al bajo crecimiento y los bajos tipos de interés.

   Asimismo, añade que la exposición directa a Grecia es muy pequeña y el riegos de contagio es menor del que era en 2012. Pese a ello, cree que su salida de la eurozona tendría efectos negativos en la confianza y podría llevar de nuevo a la región a la recesión, pero no necesariamente a un nueva crisis.

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