Actualizado 14/07/2008 20:00

Decenas de niños del Congo están encarcelados en prisiones para adultos

MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

Decenas de niños están encarcelados en prisiones para adultos del distrito de Ituri, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), a pesar de una prohibición expresa en la legislación del país, según informó este lunes la directora de la sección de protección de menores en Bunia de la Misión de la ONU en la RDC (MONUC), Nandy Estelle Ouattara.

"En Ituri hay 70 niños en conflicto con la ley; 57 están en prisión en Bunia, así como tres bebés que están con sus madres" en la cárcel, explicó Ouattara, quien añadió que hay otros "11 niños en Mahagi, que se encuentran en un complejo independiente, y hay tres en Aru que están encarcelados junto con los adultos, sin separación".

En la prisión central de Bunia, los hombres están separados, mientras que las mujeres y los niños se quedan juntos, señaló bajo anonimato un abogado de menores. Al mismo tiempo, destacó que las autoridades habían descubierto que algunas mujeres han dormido con niños y que una de las menores está embarazada.

"El problema es más administrativo que judicial", afirmó Jean Marie Mulumba, juez de menores, quien aseguró que los magistrados "aplican la ley". "Por ejemplo, si un niño es considerado peligroso debe estar custodiado por el Estado hasta la edad de 21. Pero en la ausencia de instalaciones apropiadas, el lugar seguro para este niño es una cárcel", explicó.

NIÑOS ABANDONADOS

Por su parte, el responsable de Economía de la provincia de Ituri, Dieudonne Rwabona, remarcó que no tienen los fondos necesarios para construir un correccional sólo para menores. Y un responsable de Naciones Unidas indican que no hay ONG en Ituri que trabajen con los menores. "Esto ha llevado a abusos contra estos menores. Tenemos casos de violaciones de menores en las cárceles", añadió.

"Con todo, el principal problema para los niños en prisión es la falta de comida. En Mahagi, por ejemplo, Cáritas suele dar comida a los menores presos dos veces a la semana, los martes y viernes. Sin embargo, Cáritas suspendió este programa de alimentación en noviembre y desde entonces los niños detenidos dependen de sus familias para que les lleven comida. Sin embargo, esto no es fácil porque algunos de los menores han sido abandonados por sus familias", explicó.

La fuente citó el caso de un niño en una prisión que no dejaba de llorar. "Cuando le pregunté por qué lloraba, me di cuenta de que era un niño de diez años que la última vez que había comido había sido el viernes y nuestra visita fue el lunes. Enseguida fui a ver a los soldados nepalíes de la ONU y cogí algo de comida para todo el grupo de niños de la prisión", señaló.

Para el responsable de Naciones Unidas, los problemas se ven aumentados cuando los padres se niegan a presentarse ante el tribunal cuando sus hijos son procesados, ya que algunos temen que se les detenga, por lo que los niños quedan abandonados.