Actualizado 21/09/2016 10:31

"La Escuela de Paz: Una propuesta educativa para la transformación personal y comunitaria". Por Juan Maza, de MPDL

La Escuela de Paz de Movimiento por la Paz
MOVIMIENTO POR LA PAZ MPDL

    MADRID, 21 Sep. (Por Juan Maza, Coordinador Área Educación y Sensibilización del Movimiento por la Paz, MPDL) -

   La experiencia práctica, el trabajo de campo o, lo que es lo mismo, la presencia ininterrumpida en los diferentes espacios de trabajo y convivencia que albergan los barrios (centros educativos, sociales, culturales, parques, calles, etc.) desde hace más de 20 años, es el aspecto más destacable del Movimiento por la Paz -MPDL- en cuanto a proyectos educativos se refiere. Esta experiencia nos permite conocer de primera mano las condiciones socioeducativas de dichos barrios, en los que, por diferentes circunstancias, muchos de los menores, no tienen posibilidades de acceder a una educación académica en condiciones plenas de igualdad.

   La Escuela de Paz es un proyecto que trata de ampliar y enriquecer el trabajo que se realiza en los centros de educación primaria y secundaria, tanto en el plano intelectual como en el social y el personal. Está concebida como un espacio de formación, intercambio, sensibilización, convivencia y motivación donde realizar actividades que permitan mejorar el rendimiento escolar, adquirir valores y habilidades sociales para convertirnos en personas comprometidas con la construcción de la paz y realizar actividades en grupo, con las familias, etc. que promuevan un estilo de vida saludable.

   El eje central de la Escuela es la educación, entendida como un proceso destinado al desarrollo y adquisición de habilidades sociales, conocimientos y competencias básicas para la vida. A partir de esta concepción, desarrollamos un modelo socioeducativo, centrado en el menor, que trata de incidir directamente en su proceso de socialización, con la intención de identificar, reforzar y mejorar todos aquellos aspectos que, de una u otra forma, le impiden progresar al ritmo más adecuado para cumplir con éxito los objetivos que desde el centro educativo se marcan.

   En la mayoría de los casos, los participantes en la Escuela de Paz viven en un entorno cuya realidad social no favorece el desarrollo adecuado de las capacidades y habilidades básicas necesarias para vivir de manera digna, convivir en condiciones de igualdad y tener las mismas oportunidades que las personas de otros entornos más favorecidos desde el punto de vista educativo, cultural, económico y social.

   Pero, ¿por qué cuando hablamos de educación para la paz, de educación para el cambio social, la relacionamos exclusivamente con contextos sociales desfavorecidos y personas víctimas de los diferentes tipos de violencia que promueve el sistema? ¿Por qué no podemos construir un modelo educativo, para todos y todas, destinado a capacitar a nuestros niños, niñas y jóvenes para convivir en una sociedad en paz? ¿Por qué no es posible educarse en un sistema que nos permita afrontar nuestro futuro con garantías de éxito?

   Las respuestas a todas estas preguntas son la clave para tratar de entender qué falla en nuestro sistema educativo y por lo tanto, en nuestro modelo social, económico y cultural de convivencia.

LA ESCUELA DE PAZ DE MPDL

   Una educación para los retos que proyecta el S. XXI, en el marco de una Cultura de Paz, debe ser necesariamente holística, con una visión educativa integral y transformadora, que potencie la justicia social y el desarrollo humano sostenible, la apertura incluyente a la diversidad, la equidad de género, el diálogo, la fraternidad y la paz (1).

   Metodológicamente, estos objetivos se concretan en fomentar las diferentes capacidades de cada persona, prestando especial atención a la educación emocional, el fomento de la comprensión y la comunicación, el afecto incondicional, el aprendizaje cooperativo, la creación de ambientes amigables de aprendizaje, la confianza y la estima, la creatividad, la utilización de metodologías socioafectivas, la educación en la responsabilidad, el tránsito del autoritarismo a la disciplina democrática y la realización de acciones en desarrollo de las competencias básicas del currículo escolar (2).

   La Cultura de Paz es un gran desafío para la educación individual y social, pues la paz no se garantiza sólo con acuerdos políticos, económicos o militares; sino que depende más del compromiso unánime, sincero y constante de las personas. Cada una de nosotras y nosotros debe contribuir a crear un mundo en paz.

(1) En junio de 1990 un grupo de educadores conformaron la Global Alliance for Transforming Education (GATE) y crearon la declaración “Educación 2000: una perspectiva holística”, cuyos principios son: I. Educación para el desarrollo humano. II. Honrando a los estudiantes como individuos III. El papel central de la experiencia. IV. Educación holística. V. Nuevo papel de los educadores. VI. Libertad de escoger. VII. Educar para participar en la democracia. VIII. Educar para ser ciudadanos globales. IX. Educar para una cultura planetaria. X. educación y espiritualidad.

(2) Movimiento por la Paz –MPDL-. Programa Formación – Acción para la Paz. Madrid, 2012.