Publicado 25/01/2018 10:01

"¿Traería aquí a mis padres?". Por Elena Galerón, subdirectora de Banca de Empresas e Instituciones de Triodos Bank

Elena Galerón, subdirectora de Banca de Empresas e Instituciones de Triodos Bank
TRIODOS BANK

   La sombra de los antiguos asilos ha poblado durante años el imaginario de muchas personas mayores. Hoy en día, el ingreso de una persona en una residencia sigue siendo una decisión difícil, tanto para ella como para su familia, pero la situación es otra.

   Afortunadamente, existen centros promovidos por personas que destacan por su calidad profesional y humana. Son espacios sobre los que, quienes los conocemos de cerca, decimos sin tapujos que no sirven para "aparcar" a las personas mayores. Son verdaderos hogares en los que estas personas de edad son protagonistas y mantienen una vida digna y activa.

   Con todo, la sociedad no ha dejado de tener en el cuidado de sus mayores uno de sus principales desafíos. Más aún en un contexto tan acusado de envejecimiento de la población. Si hoy las personas mayores de 65 años son el 17% de la población, en 2050 superarán el 30%, según el Instituto Nacional de Estadística.

   Desde mi punto de vista como profesional, respecto a la atención a las personas mayores tenemos cinco retos fundamentales que afrontar.

   El primer desafío es generar una oferta suficiente y especializada de servicios para los mayores, ante la demanda claramente creciente. Hace poco conocí la historia de una compañera de Triodos Bank en Holanda. Su padre, tras sufrir un infarto cerebral, necesita de una atención continua. La falta de oferta hacía que las escasas plazas disponibles se priorizasen para personas con situaciones más graves, en particular, de demencia. "Perdón, mi padre no tiene demencia", ironizaba con humor, pero no sin tristeza.

   El segundo reto es cualitativo. Por ejemplo, que los usuarios de una residencia no deban enfrentarse continuamente a cambios de personal, sino que cuenten con un grupo de profesionales sociosanitarios estable. Estos especialistas no solo les atienden, sino que generan con las personas mayores relaciones personales, de confianza y les ayudan en rutinas diarias vitales para ellas.

   En consecuencia, un tercer reto es que los centros sean capaces de centrarse no solo en la multiplicidad de reglas y protocolos administrativos --que no dejan de ser necesarios--, sino en la calidad de vida de sus usuarios y la atención personalizada del mayor y de sus familias. Cada vez hay más centros residenciales y de día que se atreven, por ejemplo, a organizar actividades como fiestas de carnaval o visitas a escuelas para compartir experiencias con gente joven.

   Para que todo lo anterior sea posible, el cuarto aspecto a cuidar es que los prestadores de servicios a mayores cuenten con los recursos de personal y económicos necesarios para ser operativos y viables. A este respecto, se está produciendo un debate sobre la dimensión óptima de los centros, que tienden a ser más pequeños para ofrecer servicios más cercanos, pero cuya dimensión puede generar también costes especiales. De momento, no hay una respuesta clara, pero la idea sería poder mantener espacios humanos en los que se cuida cada detalle, con una atención personalizada, y hacerlo con unos costes sostenibles.

   En quinto y último lugar, poco conseguiremos si, como sociedad, no cambiamos nuestro punto de vista respecto a las personas mayores. Se ha tendido a pensar en cualquier desembolso destinado a estas personas como un gasto, en lugar de como una inversión. Al margen de las implicaciones humanas, ¿tiene ese punto de vista algún sentido económico?.

   Con personas mayores socialmente más activas y que viven más tiempo, la tercera edad se convierte en un dinamizador de la economía, además de generador de empleo especializado. A su vez, en el aspecto sociosanitario, hay una gran diversidad de estilos de vida y de posibilidades. Por ejemplo, en España solo el 1,2% de los mayores de 65 años viven en una residencia, pero muchos otros acuden a centros de día o realizan estancias cortas o visitas en servicios especializados en el tratamiento de enfermedades concretas, como el Alzhéimer. En conjunto, se está hablando de la existencia de toda una "economía de los cuidados" y de ocio dirigido a la tercera edad.

   En Triodos Bank intentamos contribuir desde el sector financiero a este cambio de mentalidad necesario respecto a nuestros mayores. Hay muchos factores a considerar cuando tomas decisiones con dinero que no es tuyo, sino de tus clientes. Sin embargo, una pregunta sencilla es decisiva antes de dar la respuesta final a una propuesta de financiación. Una reflexión en la que, de diferentes maneras, pienso que debería involucrarse toda la sociedad: ¿traería aquí a mis padres?.

   Elena Galerón es subdirectora de Banca de Empresas e Instituciones de Triodos Bank y responsable del Sector Social