Actualizado 30/10/2017 14:13

Publican la biografía extensa del autor de la primera traducción completa de la Biblia al castellano

Publica la biografía extensa de Casiodoro de Reina
EUROPA PRESS/CENTRO DE ESTUDIOS ANDALUCES

El Centro de Estudios Andaluces publica biografía de este personaje tan universal como desconocido, artífice de la llamada 'Biblia del Oso'

SEVILLA, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

Coincidiendo con el 500 aniversario del inicio de la Reforma protestante, la Fundación Centro de Estudios Andaluces publica la biografía de Casiodoro de Reina, autor de la primera traducción completa de la Biblia al castellano, conocida como la 'Biblia del Oso' (Basilea, 1569). Escrita por Doris Moreno, profesora de Historia Moderna de la Universitat Autònoma de Barcelona, gran conocedora de la Inquisición Española, esta obra, tercer título de la colección 'Biografías de Andalucía en la Historia', salda una deuda moral con este pensador extemeño-andaluz universal, ya que es la primera biografía extensa publicada en castellano de su fecunda y atribulada vida.

Perseguido por católicos y protestantes, Casiodoro de Reina (c. 1520-Frankfurt, 1594) fue un hombre de paz y tolerancia que pasó su vida cruzando fronteras religiosas, geográficas y culturales. Figura para entender las innovaciones, persecuciones, cesuras y censuras de la convulsa Europa del siglo XVI, ha permanecido oculta durante centurias a pesar de que su precisa y bella traducción de la Biblia, después revisada por Cipriano de Valera, sigue siendo la que manejan hoy día millones de protestantes hispanohablantes de todo el mundo.

Según un comunicado, el 31 de octubre de 1517, un desconocido monje agustino llamado Martín Lutero colgaba sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg, en una acción que, a pesar de que inicialmente solo buscaba la discusión y promoción de la reforma de la Iglesia, acabó por convertirse en toda una escisión de la 'republica christiana'.

Cuarenta años más tarde, en la floreciente y cosmopolita ciudad de Sevilla --la urbe que era "puerto y puerta de Indias" y cuyos más de 100.000 habitantes la convertían en una de las más populosas de la Europa moderna-- una docena de monjes jerónimos (también llamados isidros) escapaban in extremis del celo inquisitorial huyendo del cercano monasterio de San Isidoro del Campo (ubicado en el municipio de Santiponce) rumbo a la Ginebra de Calvino para no regresar jamás. Uno de ellos era Casiodoro de Reina. Arrancaba así uno de los episodios vitales más fascinantes y duros del Quinientos.

Los monjes consiguieron salvar sus vidas, pero no se libraron de ser "relajados en estatua" (su efigie fue quemada por estar huidos) en alguno de los cuatro autos de fe que se sucedieron en la ciudad hispalense entre 1559 y 1562, en los que murieron en la hoguera 47 personas (entre ellas varias mujeres). Muchos de los 166 procesados en este capítulo negro de la historia de Andalucía pertenecían a las mismas redes familiares, eran conversos o formaban parte de la Iglesia, bien como monjes, bien como clérigos seculares pertenecientes a la catedral.

Uno de los que huyó de San Isidoro del Campo fue Casiodoro de Reina, quien, a sus 37 años y acompañado de sus padres y hermana, inició un largo y accidentado exilio por ciudades como Ginebra, Londres, Amberes, Basilea, Estrasburgo, Heidelberg y Frankfurt. Con este deambular salvó su vida, pero no se libró de las persecuciones en ninguna de las ciudades en las que vivió, acosado tanto por el Santo Oficio, como por la ultraortodoxia de calvinistas y luteranos.

Casiodoro fue acusado de heterodoxia, de profesar el antitrinitarismo (la doctrina de Servet), e incluso de sodomía. Para los católicos fue un hereje, para los calvinistas un tibio próximo al luteranismo, para los luteranos un blando próximo al calvinismo. Ser un hombre de paz en una Europa inmersa en una espiral de violencia política y religiosa le pasó terribles facturas. Porque Casiodoro de Reina siempre se alineó con todos los que creían que ideas y doctrinas no se podían imponer por la fuerza. Se contó entre los escasos miembros de esa tercera vía que, en la efervescencia de esa Europa protestante de la segunda mitad del siglo XVI, "buscó infructuosamente vías pacíficas de consenso y unidad".

¿Qué ocurrió en esa Sevilla del XVI en la que se había formado intelectual y piadosamente Casiodoro de Reina para que, como escribió el gran historiador andaluz Antonio Domínguez Ortiz, los monjes de San Isidoro del Campo se convirtiesen en "la única comunidad española que ingresó en masa en un movimiento que, solo con reservas, podemos llamar protestante? La historiadora Doris Moreno explica con detalle en este volumen las coordenadas que posibilitaron que la ciudad hispalense se convirtiera en un foco de reflexión humanista y espiritual en la que se difundió la predicación en varios grupos, conocidos como "la iglesia chiquitita": recepción de libros prohibidos desde Europa, amplia difusión del erasmismo, la predicación de Rodrigo Valer, Juan Gil (el doctor Egidio) y Constantino de la Fuente, arraigo del alumbradismo, etcétera.

Nada más salir de Sevilla, Casiodoro de Reina comenzó su empeño de traducir la Biblia al castellano, tarea que le llevó doce años de su vida. Primero puso destino a Ginebra, donde tuvo la oportunidad de leer los trabajos en pos de la tolerancia de Sebastián Castellio. Sin embargo, tras poco más de doce meses en suelo ginebrino, Casiodoro y gran parte de la comunidad protestante de ascendencia española e italiana, se trasladaron a Londres a raíz de su enfrentamiento con el intransigente Calvino. La ciudad del Támesis tampoco fue un destino duradero ya que, proscrito por el monarca Felipe II que puso precio a su cabeza y envió tras él a su extensa red de espías, y por los calvinistas franceses y holandeses asentados en la ciudad fue denunciado, obligándole a emprender un largo periplo por distintas ciudades europeas, junto a su mujer e hijos.

En Heidelberg se publicaba en 1567 la obra Artes de la Inquisición Española, libelo firmado con el pseudónimo de Reginaldo González Montano, bajo el que parece esconderse la autoría de Casiodoro de Reina y de su gran amigo, el jerónimo de San Isidoro del Campo, Antonio del Corro. El panfleto, surgido del entorno de estos españoles exiliados, sacudió el mundo protestante. La obra, que rápidamente se reeditó y tradujo a varios idiomas, era un duro alegato contra el Santo Oficio, pues narraba los implacables procedimientos inquisitoriales seguidos en los trágicos sucesos de Sevilla acaecidos entre 1557 y 1562.

BIBLIA DEL OSO

La traducción de los textos sagrados a las lenguas vulgares era una labor prohibida expresamente por el Concilio de Trento, por lo que realizarla únicamente fue posible enfrentándose a enormes dificultades. A pesar de ello, sólo dos años después de la publicación del best-seller 'Artes de la Inquisición Española', que tanto daño había hecho a la imagen de la Monarquía Hispánica (de hecho se convirtió en uno de los pilares sobre los que se edificó la Leyenda Negra), el impresor Thomas Guarin editaba 2.600 ejemplares de la primera traducción completa de la Biblia al español, por Casiodoro de Reina, trabajo que se completaba con la inclusión de notas marginales y resúmenes de lectura para facilitar la comprensión del texto.

Conocida como la 'Biblia del Oso', debido al grabado del plantígrado que aparece en su portada (interpretado bien como una marca de imprenta, bien como un diseño cargado de simbolismo), los pastores ginebrinos, dejando a un lado la mala opinión que tenían de Casiodoro de Reina, dieron su aprobación al texto en 1571, el mismo año en el que el Consejo de la Inquisición ordenaba la recogida de todos los ejemplares de esta edición de la Biblia en romance. Para burlar la citada prohibición, se cambiaron las portadas de muchos de los volúmenes.

Elegante y muy bien escrita todavía hoy en uso por la comunidad protestante, la traducción ha cosechado innumerables elogios hasta de sus detractores.