Comienza el trabajo para evitar la erosión del suelo, marcado por los incendios de copas

El lanzamiento de paja desde el aire es una de las técnicas para evitar arrastre
CENTRO FORESTAL DE LOURIZÁN
Actualizado: domingo, 22 octubre 2017 11:29

   El lanzamiento de paja desde el aire será un año más una de las técnicas utilizadas y zonas como Baiona estarán entre las prioritarias

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El trabajo para evitar la erosión del suelo tras la oleada de fuegos que azotó a Galicia el pasado fin de semana ya ha empezado, marcado este año por el alto número de incendios de copas que registró la comunidad, esto es, los que conllevan, en mayor o menor grado, la combustión de las ramas y hojas de la parte superior de los árboles.

   En declaraciones a Europa Press, Cristina Fernández, investigadora del departamento de protección forestal del centro de investigación forestal de Lourizán, en Pontevedra, explica que este hecho, el de los incendios de copas, "puede ser un problema o no".

   Y es que el suelo conduce mal el calor, por lo que podría haberse dado la circunstancia de que los fuertes y rápidos fuegos que asolaron, sobre todo, a las provincias de Pontevedra, Ourense y Lugo, hicieran menos daño al terreno del que cabe pensar.

   "No es una receta fácil" y "habrá que estudiar caso por caso" son algunas de las consignas que esta investigadora repite casi a cada pregunta.

   Eso, y una petición de calma, "mesura y paciencia", puesto que no tiene "ningún sentido lanzarse a actuar" sobre el monte quemado una vez que han sido apagados los incendios y ahora llega el momento de "actuar con cabeza".

ACCIONES URGENTES

   Por eso, el centro forestal de Lourizán, que colabora con la Administración autonómica, ha comenzado ya a planificar las acciones urgentes, que son aquellas destinadas a mitigar el riesgo hidrológico-erosivo: el arrastre a rías, acuíferos y embalses de lo comúnmente conocido como 'cenizas', que en realidad se trata de un conjunto más complejo de partículas.

   Por el mes del año, octubre, en que ha tenido lugar la ola de fuegos, que arrasó unas 35.500 hectáreas en apenas dos días, Cristina Fernández asume el "reto" al que se enfrenta su equipo para tratar de evitar los peores efectos, que son los que ocurren justo después de sofocado el fuego, cuando empieza a llover.

   "La ventana de actuación se ha acortado como nunca, y eso supone un reto", destaca la investigadora, que tiene la vista puesta en la llegada de las primeras lluvias torrenciales, habituales de la época otoñal en Galicia.

   Dice esto sin dejar de llamar la atención sobre el fenómeno meteorológico tan "extraño" que vivió la comunidad hace escasos días, con el paso de la cola de un huracán, el Ophelia. "El viento del sur era muy seco y las temperaturas muy altas", comenta.

   De ahí que las llamas avanzasen con gran rapidez, por lo que da por hecho --siempre con prudencia, puesto que aún los expertos aún no han podido analizar imágenes de satélite-- que habrán ardido en gran cuantía masas arbóreas, con la consecuencia que esto tiene para el suelo.

   "Si arde por abajo y las copas no", señala la investigadora, la actuación necesaria es menor, ya que al caer las hojas generan el efecto 'acolchado', útil para fijar los suelos.

   El mismo efecto que se busca con la técnica del 'mulching', que consiste en cubrir de la paja el suelo de zonas quemadas para protegerlo de la erosión y evitar que el arrastre de tierras por lluvias pueda a afectar al lecho de ríos y mares.

   Cristina Fernández cree que este año esta técnica se realizará en muchos lugares, y también mediante el lanzamiento desde helicópteros, como ya se hizo en 2013 tras incendios como el de Porto do Son (A Coruña). Esta práctica solo se hace en dos lugares del mundo: en Galicia y en Canadá, según recuerda.

   Aunque todavía no puede avanzar qué puntos será los primeros en intervenir, da por seguro que entre los prioritarios estará la zona de Baiona, por su proximidad a la ría. Pero habrá "mucho trabajo simultáneo", según advierte.

   Así, insiste en que "lo más importante ahora es proteger el suelo de la acción de la lluvia", y señala que la fase de restauración, mediante actuación sobre la vegetación, vendrá después.

   Tras una profunda labor de análisis de los resultados (el centro de Lourizán monotoriza más de 200 fincas en las que mide cuánto se pierde y cuánto se recupera después de un incendios), los investigadores han sacado conclusiones como que la cubierta de 'mulch' es muy beneficiosa para que la vegetación rebrote en zonas del interior. Lo han observado en localidades de la Ribeira Sacra, como O Saviñao, y en áreas del Macizo Central.

   En cambio, sobre su aplicación en la costa, sus estudios les han hecho aprender que su utilización "es más neutro" en lo que a vegetación se refiere (no así en cuanto a fijación de suelo).

   Los drones son otras herramientas de las que se valen estos especialistas, que defienden que hay "toda una investigación detrás" de estos trabajos y garantizan su "rigor científico".

   Al respecto, Cristina Fernández considera adecuado que la ciudadanía conozca la labor que desarrolla el centro de Lourizán. Además, ante la concienciación ciudadana que ha percibido después de esta última ola de incendios, aboga por "canalizar" esta "potencialidad", para evitar prácticas contraproducentes o incluso peligrosas.

UNOS 500 AÑOS POR CADA CENTÍMETRO DAÑADO

   Fernández pone el foco sobre aquellas parroquias en las que arde año tras año, puesto que eso sí "puede comprometer el futuro", y de hecho hay espacios en los que queda "roca ala vista" y "al final a las plantas les cuesta salir".

   El 90% de las pérdidas de suelo, según indica, se produce durante los seis o siete primeros meses, de ahí la importancia de estas primeras actuaciones. En cuanto el suelo está cubierto más de un 60% de vegetación, el riesgo baja considerablemente.

   Por su parte, WWF alerta también el precio "carísimo" de "perder el suelo", y cuantifica en unos 500 años la formación de cada centímetro dañado, lo que tarda en volver a ser fértil.

   En Galicia ubica mayores tasas de erosión ya que aunque "quizás sea necesario un poco menos" de tiempo, por las condiciones de humedad, las mayores pendientes y lluvias favorecen los arrastres, según expone la responsable de bosques e incendios de la organización, Lourdes Hernández. Justamente contra lo que luchan desde el centro de Lourizán.

CONSEJOS POR LAS REDES SOCIALES

   La investigadora de Lourizán recomienda examinar los consejos que estos días circulan por las redes, si bien valora la buena intención de la mayoría de ellos.

   Uno de ellos, de Amigos da Terra, aconseja medidas como "evitar retirar los restos quemados" de los terrenos y también rechaza "esparcir semillas sin garantías". Igualmente, plantea no labrar el terreno y evitar la entrada de ganado.

Leer más acerca de: